La batalla de los Dolomitas
Quintana, obligado a atacar hoy al líder Dumoulin en un día con cinco puertos
El pelotón afronta hoy la penúltima gran jornada de montaña en el Giro. Con la meta de Milán a la vuelta de la esquina, los 137 kilómetros que unen Moena con Ortisei/St. Ulrich en la decimoctava etapa están llamados a clarificar la lucha por la general.
Ayer, los favoritos reservaron fuerzas antes de la jornada ‘rompepiernas’ de hoy: esperan cinco puertos Dolomitas consecutivos. El primero, nada más iniciarse la etapa, será el Pordoi, de primera categoría y con rampas de entre el 6 y el 7 por ciento. Será la primera toma de contacto antes de afrontar la segunda cota del día.
El Valparola, de segunda categoría, plantea una subida de 13 kilómetros con una inclinación ligeramente inferior a la del primer puerto de la jornada, pero con un final mucho más exigente en el que se alcanzan rampas del 8’4%. Y nada más bajar, de nuevo a subir: el Gardena Grôdnerjoch, también de segunda categoría, es un puerto corto (9 kilómetros) al 7%.
Aunque la explosividad, para quien todavía la guarde, deberá quedar reservada para la penúltima cota de la jornada, Pinei Panidersattel. Apenas 4 kilómetros, pero con rampas superiores al 8%. Serán la antesala de la batalla final, Pontives. La etapa se decidirá en un puerto de 9 kilómetros con una pendiente en la recta final de un 9%. Incluso, a falta de 800 metros, la carretera se empina con rampas del 11%.
En definitiva, la de hoy es una jornada de alta montaña que puede clarificar el Giro. Quintana y Nibali tienen que moverse para poder dejar atrás, al fin, a un Dumoulin que sigue manteniendo el liderato. En caso de pasar la etapa de hoy, el holandés se ganará el derecho a soñar con la victoria