Oriol Servià vive el sueño americano
Empezó a competir en las Indy Light en 1998 y este fin de semana en las 500 Millas de Indianápolis disputará su carrera 200 de la Indy Car
En la vida de todo deportista, de todo piloto, hay momentos en los que hay que tomar decisiones arriesgadas y valientes, y en 1998 un joven Oriol Servià tuvo que replantearse qué hacer con su trayectoria deportiva. Oriol, con uno de los apellidos más populares del motor español, creció oliendo a gasolina y como muchos otros pilotos se inició en el karting. Después logró dar el salto a la Fórmula Renault Elf Campus y compitió en la Fórmula Renault Francesa y en la Fórmula 3 Francesa. Era uno de los muchos jóvenes que estaba haciendo los deberes con la ilusión de llegar a la F1, pero un día vio que por más que se esforzara, ser uno más del circo de la Fórmula 1 era muy complicado. Tuvo una conversación con Fermí Vélez –con experiencia en Estados Unidos– y en 1998 cruzó el charcoe hizo las Américas, en una aventura que no sabría cómo le iría.
Desde entonces, el de Pals (Girona) se ha convertido en uno más de los pilotos de los certámenes norteamericanos de velocidad con mayor o menor regularidad. Los éxitos más destacados de su trayectoria profesional son ganar la Indy Lights, hacer 2º en la Cham Car y 4º en la Indy Car, además de lograr la mejor marca de un español en una clasificación de la Indy500, cuando en 2011 rozó la pole, carrera en la que ha acabado 4º y 6º. Por todo ello, cuando echa la vista atrás no oculta su satisfacción. “Han pasado 20 años y he tenido una carrera deportiva que jamás hubiera imaginado. Si gano ahora las 500 Millas estaré más que satisfecho”. A tenor de sus palabras se halla ante una gran ocasión. “Creo que tengo el mejor equipo y la mejor opción de ganar. Mi
Me extraña que en los 20 años que llevo en EE.U.U. no hayan venido más pilotos jóvenes de España”
Han pasado 20 años y si miro atrás veo que he tenido una trayectoria deportiva que jamás hubiera imaginado. Sólo me falta ganar las 500 Millas”
equipo ha sido el mejor Honda en los dos últimos años y tengo muy buenos ingenieros”.
Servià es una enamorado de la Indy500 y de las 500 Millas de Indianápolis –”es un espectáculo máximo, con 350.000 personas en el circuito, veréis por qué me gusta tanto”– y es por ello que no entiende como otros pilotos jóvenes bien de España o Europa no se deciden a hacer las maletas como él hizo. “Entiendo que todo el mundo quiera ir a la F1, pero es un mundo muy difícil en el que tienes que ir con la maleta llena de dinero. En la Indy también, pero son números más accesibles. Un equipo tope de F1 son 4000 millones de dólares al año y el presupuesto de un equipo de Indy son 6 millones por coche. Es dinero, pero no tanto. Por eso me extraña que no hayan venido más pilotos de aquí, porque es un campeonato adictivo y mucho
más competitivo”.
Este fin de semana veremos el porqué de las palabras de Oriol –quien tras Indianápolis correrá la semana siguiente en Detroit– y, quién sabe, igual sin saberlo Fernando Alonso muestre el camino para las futuras generaciones