Agitar la coctelera
Si el reto de entrenar al Barcelona le parece a Valverde lo bastante difícil para excitar su carrera, el lunes será el nuevo entrenador de Messi y compañía
Todos iguales, todos distintos pero el discurso de Ernesto Valverde recordó ayer a Pep el día que Guardiola hizo oficial que no firmaría una quinta temporada. Y al de Luis Enrique al extenderse en los detalles que le habían decidido a tomarse un año sabático a partir de la final de Copa. En su caso, se trata de dejar de ser protagonista para convertirse en espectador.
Un denominador común en los episodios/despedidas del Camp Nou, y San Mamés: la voluntad de los técnicos para terminar haciendo lo que fuese mejor para Barça, Athletic y para ellos mismos. Y los tres, pudiendo seguir hasta cuando quisieran, han optado por irse. La más sabia solución posible cuando se vive en las circunstancias de sus sufridos pellejos.
Desgastados por la presión de entrenar a equipos que sienten como profesionales y aficionados, sobreexpuestos a la opinión pública, satisfechos con el trabajo realizado y doloridos, muy doloridos, por sentir la horrorosa sensación de estar yéndose de casa.
Los tres coincidieron también en que el éxito conseguido es, por encima de todo, mérito de los jugadores. Jugadores con los que, a base de contacto diario, de proximidad, se acaba adquiriendo un vínculo emocional que complica la relación profesional. Y cuando llega ese
momento, es hora de irse. Dejar Barça y/o el Athletic, antes de que el Barça o el Athletic les dejase a ellos.
Es aquí, en este punto, donde Valverde habló de que en este caso lo que procede es “agitar la coctelera”. Es decir, que llegue un nuevo entrenador y los roles del equipo dejen de tener dueño. Que los titulares vuelvan a luchar al máximo por ser titulares y que los suplentes vuelvan a tener la ilusión que se volver a trabajar a destajo para cambiar la dinámica, Ernesto, que se lo ha estado pensando todo el año, ha convenido que su Athletic necesitaba un revulsivo y Cuco Ziganda agitará esa coctelera. En Barcelona se dice con la misma convicción. Luis Enrique, marchándose cuando ha querido, ha facilitado las cosas a quienes entienden que la plantilla necesita una ‘sacsejada’ (palabra catalana que se refiere brusca agitación y que podemos entender como agitar la coctelera). Por eso, se ha roto el vínculo emocional del continuismo que representaba Unzué yseha optado por Valverde. Lo que puede hacer en Bilbao puede hacerlo aquí. Y viceversa, si no fuera que el Athletic ya tiene entrenador.
En cuanto a los tiempos del discurso emocionado de Txingurri, muy en la línea de lo que ha venido diciendo el Barça. Ernesto ratificó que él, en persona, no ha hablado con nadie, que su representante tiene ofertas y que, la que acabe aceptando tendrá que ser un reto difícil porque en los fáciles nunca le ha ido bien. Moraleja: si el Barcelona es lo bastante difícil para Valverde, el lunes será su entrenador