Mundo Deportivo (Barcelona)

Cuatro días que salvaron a Messi

- Xavier BOSCH

Bartomeu y Mestre cenaron en casa de Leo tras haber ido a Miami a ver a su padre

La fiscalía ha decidido, en la última curva, imputar a Cristiano Ronaldo por evasión fiscal de 14,7 millones de euros y el jugador ha tomado la determinac­ión, parece que irrevocabl­e, de abandonar España. Se siente maltratado por el país al que ha dado tanto. Un año atrás, la situación con Messi fue muy parecida y se logró resolver por los pelos. El 7 de julio, la Audiencia Provincial de Barcelona dictó sentencia contra Leo Messi y su padre. Tras la condena de 21 meses de prisión a cada uno, Leo decidió no jugar más en la Liga española. Así de tajante. La familia entendía que la sentencia era totalmente injusta y que ellos pagaban, en realidad, estar en medio de una guerra entre Catalunya y España cuando su bandera era la del Barça. Ahí empezó el baile de un verano donde, en pocas fechas, se produjo la tormenta perfecta que hizo que Messi intentase cambiar su vida. Sin entrar en detalles, así justificó su pelo teñido de rubio a Minguito, en una entrevista en la televisión argentina.

Pero, ¿cuál fue la secuencia de los hechos? El 27 de junio de 2016, Argentina pierde, a los penaltis, la final de la Copa América. Leo falla el penalti decisivo ante Claudio

Bravo y se hunde. Decide no jugar más con su país. Primera rotura. “Se terminó la selección, no es para mí”. Diez días más tarde, llega la sentencia judicial, mucho más dura de lo esperada. Segunda rotura. Es el factor determinan­te para decidir marcharse del Barça y así lo comunica al presidente Bartomeu. Tratan de calmarle y persuadirl­e para que vea las cosas con la tranquilid­ad de los días, pero no hay forma. Es más, Messi pide que le traspasen al Manchester City. Está dispuesto a dar la cara públicamen­te y a contar, con el enfado que tenía encima, porque quiere marcharse de España. La respuesta del club es que jamás van a venderlo. La única fórmula, pues, pasaría por pagar los 250 millones de su cláusula de rescisión, pero ni el jugador ni el máximo ejecutivo del City estaban dispuestos a hacerlo. El equipo inglés necesitaba que el Barça demostrara que lo quería traspasar, aunque fuera por 150.

El 18 de julio, Josep Maria Bartomeu y Jordi Mestre, vicepresid­ente deportivo, tomaron un avión y se marcharon a Estados Unidos, en viaje relámpago, a hablar con Jorge Messi, que se hospedaba en un hotel en Miami Beach junto a parte de la familia. A pesar del empeño y de buscar su complicida­d, volvieron sin noticias tranquiliz­adoras.

Al día siguiente, el martes 19,

Luis Enrique empezaba la pretempora­da con pocos efectivos en Sant

Joan Despí. Bartomeu fue a encontrar el entrenador a pie de campo y le contó la que se venía encima.

Messi pedía irse, harto de la sentencia injusta y del trato de los medios en televisión. Hasta el momento, no le podían hacer recapacita­r y el peligro estaba muy vivo, aunque el Barça jamás le vendería. Esa misma tarde, en Castelldef­els, con Messi a solas y tras más de tres horas de charla en su casa, Bartomeu y Mestre empezaron a ver algo de luz. Y ahí fue cuando dieron con la tecla. Luis Suárez, que andaba también preocupadí­simo por la posible marcha de Leo, se lo llevaría a cenar cerca de casa. Los dos amigos hablaron largamente. Al día siguiente, Suárez insistió de nuevo. En la segunda cena a solas, logró lo que quería: sabía que si arrancaba a Messi del sofá de casa y se lo llevaba al entreno, con el balón en los pies y el ambiente entre compañeros, iría alejando el fantasma de la huida. Cuando Messi anunció que acortaba una semana sus vacaciones y que el 25 de julio se iría con el equipo a Saint George’s Park, todos empezaron a respirar algo aliviados. La prensa, que jamás supimos del riesgo real de su decisión, lo interpreta­mos como un gesto del mejor del mundo con el equipo. Y sí, con el fútbol, las aguas fueron volviendo a su cauce. Poco a poco. Bartomeu y Mestre hicieron lo que debían para seducir al jugador y al padre. Luis Suárez echó el resto en dos cenas que deberían quedar para la historia del Barça. Pero a la postre, si Messi se quedó en el Camp Nou fue porque él quiso. Igual que ahora ha decidido convertirs­e en un hombre de un solo club que le mantendrá en el Barça hasta el 2021. O 2022 si, llegado el momento, así lo quieren las dos partes

 ?? FOTO: FCB ?? Messi se desdijo la tercera semana de julio tras comunicar a Bartomeu que se iba
FOTO: FCB Messi se desdijo la tercera semana de julio tras comunicar a Bartomeu que se iba
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain