Mundo Deportivo (Barcelona)

EN ‘SEMIS’

La selección española se impuso a Portugal por 1-3 y se clasificó matemática­mente para la siguiente ronda El equipo de Celades, ante un gran rival, mostró su pegada con los goles de Saúl, Sandro e Iñaki Williams

- José Luis López

La selección española Sub-21 sumó su segunda victoria en el Europeo, un triunfo (1-3) que le valió para clasificar­se para las semifinale­s a falta de jugar el último partido del grupo ante Serbia. Los tres puntos tienen un valor especial, pues se lograron ante una gran Portugal, que demostró todo el potencial que se le suponía y que pudo ganar, por fútbol y ocasiones, pero que no lo hizo ante una Rojita (ayer de blanco) que es capaz de convertir en oro cualquier acción ofensiva que dispone.

Que no iba a ser un paseo para España quedó comprobado desde el inicio. Portugal sorprendió con una presión extenuante y haciéndose con el balón. Los lusos iban a tope ante una selección española a la que Cancelo le hacía daño por la banda. El rival tuvo el gol a su alcance, en un disparo de Podence (min. 11), pero el balón topó con el poste.

Cuando peor lo estaba pasando España apareció Saúl, como ante Macedonia. El 0-1 llegó en una gran acción individual del medio, quien tras irse de varios rivales se sacó un potente disparo. El balón tocó lo justo en Edgar Ié, despistó al portero, y se alojó dentro del marco.

El gol dio más tranquilid­ad a España. Empezó poco a poco a tener más el balón, pero Portugal no se vino abajo. Eran momentos de toma y daca entre dos seleccione­s que iban a por todas. La Rojita dispuso de tres ocasiones seguidas, una de Bellerín y dos de Sandro, y Portugal otras dos (Cancelo y Podence) que tuvieron la réplica de una atento Kepa. Con 1-0 se llegó al descanso.

El paso por los vestuarios no relajó a ninguna de las dos seleccione­s. Como ya hiciera en la primera parte, Portugal volvió a salir a tope. En el 50’, Podence pudo empatar, pero el balón se marchó lamiendo la base del poste. La réplica española no tardó en llegar. Marco Asensio dispuso de una gran oportunida­d, pero su chut, con Varela ya batido, lo sacó Edgar Ié casi bajo palos.

Si la película se estaba repitiendo con otra salida en tromba de Portugal que hacía presagiar lo peor, de nuevo España hizo gala de su calidad para encarrilar el partido. Una contra iniciada por Meré y continuada por Deulofeu, acabó con un centro del extremo que Sandro, en el primer palo, aprovechó para batir al meta con un chut raso y ajustado a la base del poste.

El 0-2 quizás no hacía justicia a lo que se estaba viendo, pero reflejaba la clase de una selección española capaz de sacar petróleo de donde parecía no haberlo. Portugal lo siguió intentando, ya sin un decepciona­nte Renato Sanches, y con los ‘españoles’ Bruma (ex Real Sociedad) y Horta (Málaga), y tuvo parcialmen­te premio con un golazo de Bruma, que sorprendió a Kepa con un trallazo desde fuera del área (77’).

Nada estaba ganado aún para España ni nada perdido para Portugal, que siguió apretando. Pero su ambición la acabaría pagando. Iñaki Williams, que había sustituido a Sandro, rompió por velocidad, encaró a Ruben Semedo, le quebró y se sacó de la chistera un chut cruzado que sorprendió a Varela.

1-3. Minuto 93. Fue el broche a un gran partido, que perfectame­nte podría haber sido la final del torneo, y que encumbró un poco más a una selección española dispuesta a dejar su huella en tierras polacas

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FOTO: EFE Saúl Ñíguez y Dani Ceballos celebran el primer gol de España, que como ante Macedonia lo volvió a marcar el centrocamp­ista del Atlético

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