Del infierno a la gloria en solo dos años
Palencia, Gumbau, Suárez y Kaptoum vivieron el último descenso y ayer por fin se quitaron “la espinita”
“Lo hemos hablado con Gumbau en el vestuario y la espinita queda más que borrada, ahora en nuestro expediente lo que brilla es este ascenso”. Así verbalizaba el capitán Sergi Palencia la alegría por el ascenso tras festejar con sus compañeros en el vestuario. Palencia, junto a Gumbau, José Suárez y Kaptoum son los únicos miembros de la actual plantilla que sufrieron la amargura del descenso en la temporada 2014/15. Aunque algunos tuvieron menor participación por aquel entonces que otros, el dolor de vivir en la propia piel un descenso y aquellos 36 puntos quedaron totalmente en el olvido con el pitido final del colegiado ayer en el Miniestadi.
Los cuatro canteranos, y el resto del equipo, tenían marcado desde el primer día en Segunda B el objetivo de regresar a la categoría de plata y la meta llegó solo dos años después.
La división de bronce del fútbol español y especialmente el grupo tercero es un agujero negro del que cuesta mucho salir una vez entras y cuando los jugadores del FC Barcelona B creían que lo tenían más cerca, en el duelo de campeones contra la Cultural Leonesa, llegó un varapalo muy difícil de superar. Vivieron días muy malos pero Gerard López y todo su staff se encargaron de levantar la moral de un grupo tocado, y con la experiencia de los más veteranos y la ilusión de los más jóvenes levantaron el vuelo, sufrieron contra el Cartagena y viajaron a Santander a dar un auténtico golpe sobre la mesa.
“La semana más larga en mucho tiempo”, así la definía Palencia, pasó y llegó el gran día. El Miniestadi no se llenó como merecían estos jugadores pero ellos echaron el resto. Pelearon y con toda la prudencia de quien sabe de la dificultad de llegar hasta allí, no empezaron a celebrar el ascenso hasta que faltaban un par de minutos para el final. Al Racing le hacían falta cuatro goles. Era imposible, pero el camino había sido muy largo y la mentalización de aguantar hasta el final era algo que estaba interiorizado.
La plantilla del Barça B, y especialmente su entrenador Gerard López, han tenido que aguantar muchos comentarios poniéndoles en duda en estos dos largos años, pero finalmente han demostrado su valía, su ilusión y su orgullo, y pueden decir con la boca bien grande que son de Segunda
La plantilla se supo sobreponer al KO ante la Cultural y logró un ascenso muy merecido
Con ilusión, orgullo y una gran temporada, el filial de Gerard ha callado muchas bocas