“EN EL BASKET ÁRABE NO HAY NADIE QUE INSULTE”
Pep Clarós (Tiana, 1969) es el técnico español más internacional. Antes del éxodo masivo de entrenadores de hace más de un lustro, él llevaba ya 20 años entrenando equipos en diversos rincones del mundo. Viene de ganar la liga de Bahrein y con ello acumula títulos en cuatro continentes.
Su nuevo reto es Japón. Aunque ya estuvo anteriormente, ¿no?
Sí, estuve dos meses en el equipo de Fukuoka. Y me gustó mucho: el equipo, el país, la ciudad, todo… En febrero también estuve en un programa de formación de entrenadores de la federación.
¿Cómo se plantea el desafío?
Es un equipo poderoso. Con el dinero que tenemos podría fichar a cualquier americano de la ACB si exceptuamos los de los cuatro grandes. Otra cosa es que quisieran venir. Para los tres extranjeros estamos hablando de 750.000 euros. Tienen el talento del trabajo, que es algo excepcional.
Es la primera vez que va sin la familia.
Sí, hasta ahora sí. Una vez estuve en Portugal sin ellos pero el resto siempre me han acompañado. No se puede tener siempre todo. Yo ya he sido afortunado con esto porque muchos entrenadores van solos.
¿Cómo valora la experiencia de Bahrein?
Muy bien. Nos clasificamos para el campeonato Asiático en Líbano a finales de agosto y les tuve que decir que no. No me veía mucho tiempo allí. Mi objetivo fue ganar un título y ahora ya es otro.
Dirigió al equipo rival del que había estado anteriormente. ¿Eso creó mal rollo?
No porque en el mundo árabe la gente es muy amigable. Los hombres son muy cariñosos, es gente agradable. En los vídeos el público puede parecer muy agresivo pero en realidad no.
No es una imagen que nos llegue.
Normalmente tenemos miedo o despreciamos las cosas que no conocemos. Yo he encontrado a gente muy espiritual, muy buena y cariñosa. En los partidos hay mucha pasión, es verdad, pero no más que en un BarçaMadrid. No hay insultos, nadie insulta a nadie, no hay alcohol… pero hay mucha pasión por el basket y también por el balonmano. Los pabellones están a tope y eso quiere decir 6.500 en los partidos, con la gente al borde de la pista. Es una pasada.
Además tenía un jugador muy implicado en la mezquita…
Sí, no era un imam pero era encargado de cánticos. Es algo difícil encontrar a gente que haga eso, y están bien pagados. Era un chico que cantaba en las ceremonias de la Ashura en la que se dan latigazos. Es para quitarse la pena que tienen y nosotros no lo entendemos. Creo que tenemos unos prejuicios que nos están reduciendo mucho las miras, y mucho más ahora. Por ejemplo, con el tema de las mujeres porque ellos las respetan mucho y sé que puede parecer mentira. La mujer se viste como se viste no porque el hombre se lo dice sino por respeto a Dios. Nosotros vemos este tema de la mujer como una falta de respeto cuando aquí hay una media de una mujer asesinada a la semana. Si allí mataran una, la gente saldría a la calle.
¿Allí no existe este problema?
No, es imposible. Tampoco hay alcohol ni drogas. No pasa. Tampoco hay accidentes porque la gente salga a las cinco de la madrugada de marcha. Sí que fuman pero son todos tranquilos. Creo que tenemos unas miras no idóneas con lo que no conocemos. Es así la condición humana.
La cuestión no es si puedo entrenar aquí o no. Creo que España es uno de los países de Europa en el que el criterio de selección profesional está menos basado en tema pragmático y más en los contactos contactos. Alguna vez se han abierto puertas y no se ha visto claro por las dos partes.
El año de México en el que quedamos campeones de Las Américas fue muy guapo. Al final hay entrenadores que están al máximo nivel y no han ganado ni la copa provincial, y yo he ganado el equivalente a la Euroliga allí. Lo pasé muy bien en aquella Final Four en Argentina, donde ganamos al equipo de Julio Lamas y arrasamos. Pero en Puerto Rico también. Aprendes de todas partes.
Aquí algunos se quejan de que todos juegan igual. ¿Se ha encontrado viajando equipos o ligas con esquemas singulares?
Sí, diría que sí. Por ejemplo, Brasil tiene una manera de jugar que desafía el concepto inicial que tenemos de ellos. Con entrenamientos muy disciplinados, gente muy seria, entrenadores con mano dura… Nos pensamos que es fiesta y no es así. Choca también ver cómo en la selección femenina de Japón hay jugadoras que lanzan de tres con un porcentaje impresionante a dos
manos. Es para estudiarlo
Hay mucha pasión en los partidos pero no más que en un Barça-Madrid. He encontrado gente buena y cariñosa” Con el dinero que tiene mi equipo en Japón podría fichar a cualquier americano ACB. Faltaría que quisiera venir”