Marcel Kittel pisa la luna del Tour
Victoria ajustadísima del alemán en una jornada en la que los favoritos supieron capear con los nervios ante la llegada de la montaña
En una nueva demostración de fuerza y estrategia, Marcel Kittel (Quick-Step) logró ayer la tercera victoria al sprint en Nuits-Saints-George, la ciudad que inspiró a Julio Verne para descorchar una botella de los viñedos borgoñeses en el libro‘ De la Tierra ala Luna ’. En actuaciones como la ayern oquedad el todo claro si el ciclista alemán es de este mundo o viene del más allá. Es tal la confianza que tiene en si mismo, y la fuerza y la clase que atesora en sus piernas, que incluso cuando no encara un sprint en la mejor de las condiciones obtiene la victoria, teniendo además la virtud de aportar un poco de suspense a una etapa de nuevo larga, 213,5 kilómetros, por momentos tediosa, en la que sólo unos instantes de nerviosismo por culpa del azote del viento alteraron la agenda de los favoritos al podio de París.
Y no es la primera vez que sale victorioso de un cara a cara en una foto finish, ya le ocurrió la temporada pasada, cuando en Limoges tuvo que esperar unos segundos para ver si él o el francés Bryan Coquard subirían a lo más alto del podio. Ayer se citó otra vez con la tecnología a la espera de saber si de nuevo abrazaba la gloria o se la cedía por un día al noruego Edvald Boasson Hagen (Dimension Data), quien buscaba una victoria para dedicar a su jefe de filas Mark Cavendish, retirado del Tour tras la lesión que sufrió a consecuencia del codazo de Peter Sagan. Pasados unos segundos se dio por ganador a Marcel Kittel, quien sumaba su 12ª victoria de la temporada y su 12ª victoria en la ronda gala, igualando a Erik Zabel como el ciclista alemán con más triunfos de etapa, ante la resignación del ciclista noruego, quien al menos cargó la mochila de buenas intenciones para la próxima ocasión que se cite con la suerte del sprint.
El golpe de riñón definitivo
Los actos definitivos del sprint se desataron a falta de escasos metros, de muy pocos metros, después de que Kittel acertara a elegir la rueda a seguir, la de Boasson Hagen. Arrancó el ataque definitivo en cuarta posición, y en un abrir y cerrar de ojo se puso a la altura del de Dimension Data, que sólo pudo cerrar los ojos y confiar en una suerte que le fue esquiva ante el golpe de riñón definitivo del mejor sprinter que queda en carrera. El sprint comenzó a gestarse a falta de 5,9 kilómetros, cuando la aventura inicial de Manuele Mori, Yohann Gène, Dylan van Baarle y Maxime Bouet bajó el telón ante el empuje de los equipos de los sprinters. Suyo fue al menos el protagonismo en los primeros 207 kilómetros, a lo largo de los cuáles fueron gestando una escapada cuyo final estaba escrito ya en el guión inicial.
Hasta llegar a las puertas de Nuits-SaintsGeorge la etapa fue transcurriendo como se esperaba de una larga jornada en la oficina, en la que la única preocupación de los favoritos era la de salvar los muebles y no verse implicados en ningún incidente. Por fortuna para el espectáculo éste no llegó a producirse, aunque la palabra tranquilidad no está registrada en el seno de un pelotón que siempre va con los cinco sentidos puestos en la carretera. Ayer, en un día sin aparente ajetreo, el nerviosismo se apoderó de la caravana ciclista cuando aparecieron las primeras ráfagas del viento, lo que obligó a los equipos de los favoritos a tomar posiciones para evitar males mayores, e incluso Alberto Contador vio como la rueda de otro ciclista le cortaba parte de la zapatilla, aunque todo quedó en un susto.
Hoy, cambio de registro y de protagonistas. Con la llegada de la montaña los sprinters se dejarán caer a cola del pelotón y serán los aspirantes al podio de París los que tendrán que asumir el protagonismo de un Tour que entra en una nueva dimensión
ESTADO DE GRACIA Kittel está en gran forma y es superior al resto de sprinters
LA TECNOLOGÍA Sin foto finish hubiera sido imposible conocer al ganador del día