Descontrol Neymar
El FC Barcelona, pudiendo y debiendo haber tomado la iniciativa, ha ido a remolque desde el primer día. Ney ha jugado para el Barça y con el Barça
Resulta inconcebible que la fuente más solvente sobre el futuro de
Neymar acabe siendo, a las tantas del domingo, el Instagram de Piqué .Yes que el camino utilizado para, aparentemente, poner punto final al conflicto deja en evidencia absoluta a los interlocutores oficiales, y resalta la renuncia del brasileño a su ofrecer su propia versión, a revelar el desenlace de su ‘Nit i Dia’, a través de los canales oficiales del club. Su verdad se escribe en otro sitio. En el de Gerard. Ni siquiera en el suyo.
Los Neymar, que han hecho del silencio su gran argumento, han vivido estos días de los réditos de la insinuación. Aunque se han dejado oír, no ha salido nada de su boca. Por tanto pueden incluso argumentar, plagiando la célebre sentencia de
Anthony Blake, que todo ha sido fruto de nuestra imaginación. Que el niño no ha querido irse nunca al PSG. Que si hubiera querido eso, ya se habría podido ir el año pasado, y que, en consecuencia, no tiene por qué desmentir algo que él no ha confirmado.
No obstante, tal y como han ido las cosas, este último devaneo con el PSG ha sido mucho más serio que en el tonteo ibicenco del verano de 2016. Y el Barça, coronado, dice que, esta vez, no ha sido por dinero, sino por la catarsis personal de Neymar que, cansando de ser cola de león en el Barça, necesitaba sentirse realizado para, lejos de Messi y hasta de
Suárez, convertirse en cabeza de ratón en París.
Sea como fuere, Neymar ha amargado la gira del Barça. Ha minimizado todas las acciones comerciales que había programado el departamento de marketing, le ha creado un problemón de padre y muy señor mío al Barça y, encima, no se lo ha dejado solucionar a la dirigencia. Ha hecho intervenir al presidente, al vicepresidente, al secretario técnico, al director de fútbol y a la Biblia en verso, para terminar haciéndose una foto con Piqué como insinuación de que todo estaba resuelto. Que encamarse con el PSG solo había sido un desliz, pero que sigue enamorado del Barça. Tanto como lo estaba el primer día. O más.
Y si esto fuese realmente así, aunque nunca se lo va a creer nadie, lo que va a quedar de esa fotografía es la imagen, el vivo retrato del, descontrol absoluto del club. El Barça, blandengue con los fuertes y excesivo con los débiles, siempre ha ido a remolque de Neymar. Nunca ha dominado la situación, jamás ha tomado la iniciativa. Ni aún pudiendo tomarla para que fuera el club quien pusiera a Neymar entre la espada y la pared. En vez de decirle paga 222 y lárgate, ha vuelto a ser el paradigma del esclavo de las estrellas. Y más cuando, en este caso, no tiene ningún motivo para serlo. En estos últimos cuatro años de muy convulsa relación, el Barcelona le ha dado a Neymar mucho más que Neymar al Barcelona.
Y a todo esto, en río revuelto, ganancia de pescadores. Ahí está Piqué, el futbolista que abrió las puertas de Rakuten para que el Barça encontrara patrocinador oficial, pareciendo que ha sido quien ha arreglado lo que Bartomeu, Robert,
Sanllehí, Soler y compañía no han podido arreglar.La escenificación de que hay dos Barça. El del vestuario y el de los despachos. Y no solo eso, que si no fuera por el Barça del vestuario, el que gana títulos, dinero y apaga incendios, los números de los de los despachos no tendrían el impacto de sus numeritos