Otra vez en el camino
Mou, de exempleado azulgrana a enemigo con un sueño frustrado: entrenar al Barça
José Mourinho vuelve a cruzarse en el camino del Barça. El duelo ante el Manchester United propiciará este reencuentro con un personaje relacionado desde hace 20 años con el club, primero como empleado a las órdenes de Sir Bobby Robson y de Louis van Gaal, luego al ser su gran sueño frustrado como profesional de los banquillos, y más tarde en el papel de acérrimo enemigo. Tras hacer historia y ganar la Champions con el Oporto, fichó por el Chelsea y tuvo su rifirrafe con Leo Messi al acusarle de hacer “teatro del bueno” en un duelo de Champions. En 2008 fue uno de los candidatos a suceder a Frank Rijkaard como técnico azulgrana, pero finalmente el elegido fue Pep Guardiola. Esa espina sigue ahí. Su marcha al Inter le permitió consolidar su vitola de entrenador de éxito y, a ojos del madridismo, antídoto del mejor Barça. Eliminar a los azulgrana en la semifinal de la Champions, gracias a un arbitraje escandaloso de Benquerença, fue su puente de plata al Bernabéu. Allí, entre 2010 y 2013 se desató la bestia anti-culé. Lo más grave fue acusar al Barça de ganar Champions adulteradas mientras estaba siendo eliminado en la semifinal de Champions 2011 y, más tarde, por agredir a Tito Vilanova en una Supercopa. Buena parte del madridismo le atribuye aún el mérito de acabar con la hegemonía del Barça, pero sus cifras lo desmienten: de 17 Clásicos sólo ganó cinco y en tres años apenas cosechó tres títulos (una Liga, una Copa y una Supercopa) por ocho del Barça, entre ellos dos Ligas y una Champions. Con todo, su hijo, José Mourinho junior, es fanático del Barça y de Messi