Mundo Deportivo (Barcelona)

BOLT, CAPÍTULO FINAL

Afronta entre hoy y mañana los 100 metros en busca del oro que selle su carrera

- Joan Justribó

Si creemos a pies juntillas su promesa, Usain Bolt comienza a marcharse hoy de la pista en el marco que quería para su despedida, el Mundial de Londres. El hombre que ha llevado el peso mediático del atletismo durante una década, el mito que logró en vida ser considerad­o el mejor atleta de todos los tiempos, afronta su último gran show en versión reducida, aunque no menos exigente. Quiere salir del Estadio Olímpico londinense como campeón del 100, que afronta entre hoy (series, 21.20 h., Teledeport­e) y mañana sábado (semifinal a las 20.05, final a las 22.45), y del 4x400 (sábado 12 de agosto). Dos oros más para elevar a 13 su cuenta de títulos mundiales y decir adiós. El 21 de agosto, cuando cumpla 31 años, Bolt ya será un joven jubilado.

El atletismo trata de hacerse a la idea de perderle, aunque no todos están seguros de que sea verdad. No sería el primer mito que regresa al cabo de un tiempo, llamado por la nostalgia de sus éxitos y por las exigencias del marketing que le rodea. A la firma Puma, que le ha convertido en su mayor símbolo, no le importaría seguir rentabiliz­ando en la pista su enorme carisma, y es un detalle importante en un atleta que ganó el año pasado más de 30 millones de euros y que ingresa más del 90 por ciento de sus emolumento­s a través de contratos publicitar­ios. Uno de sus rivales de largo recorrido, Justin Gatlin, está convencido de que Bolt acabará volviendo, como hizo Phelps en la natación. “Le gusta ser como una estrella del rock, pero luego se pone el traje de faena y hace su trabajo. Creo que querrá volver”.

Regrese o no, este Mundial es, ahora mismo, su despedida y quizá uno de sus retos más exigentes, porque no está claro que sea el Bolt de siempre. Su temporada ha sido casi inexistent­e, apenas una fiesta de despedida local en Kingston, una reunión a medida en Ostrava y un solo meeting grande, Mónaco, que no desveló mucho: 9”95, apenas suficiente para entrar en el top 10 del año.

Pero el ranking no lo es todo y sí el recuerdo de cómo ganó otras veces cuando las dudas también le rodeaban. El hombre que desde su irrupción en 2008 solo ha perdido una vez en grandes campeonato­s por una salida falsa (final de 100 del Mundial de Daegu 2011) es el favorito. Más aún cuando otro velocista de alto calado que se perfilaba como su gran rival, el canadiense Andre De Grasse, anunció ayer que no competirá por una lesión en los isquiotibi­ales. De Grasse, subcampeón olímpico de 200 y bronce en 100, no había bajado de los diez segundos este año (10”01), pero se le juzgaba más consistent­e que la joven baza americana Christian Coleman, el más rápido del año (9”82).

Es el Mundial de Bolt, gane o pierda. Y el jamaicano es el último que quiere una despedida con derrota, algo que no cuadra en sus planes. Su trayectori­a ha sido demasiado limpia para un borrón final. Será el protagonis­ta supremo y eso tapará lo demás, incluso retos fascinante­s como el de su probable sucesor, el sudafrican­o Wayde Van Niekerk, si ataca el doblete 200-400. También a su sombra estarán supercampe­ones como Mo Farah, en busca de otro doblete en el fondo, o Elaine Thompson, lista para repetir en el trono de reina de la velocidad como hizo en los Juegos de Río.

¿Y España? un Mundial difícil para la selección, aunque haya subido su calidad media. Solo puede apuntar a tres medallas, y las tres balas están en manos de atletas que no están luciendo este año, Ruth Beitia, Orlando Otega y Miguel Ángel López

 ?? AP ?? Usain Bolt, entrenando ayer en la pista de calentamie­nto del Mundial de Londres. El rey del atletismo llega a su despedida sin apenas referencia­s, pero sigue siendo favorito
AP Usain Bolt, entrenando ayer en la pista de calentamie­nto del Mundial de Londres. El rey del atletismo llega a su despedida sin apenas referencia­s, pero sigue siendo favorito
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