Beitia, a la final desde el sufrimiento
La campeona olímpica superó a la tercera y última tentativa el listón en 1,92 metros para lograr su plaza en la final de salto de altura
Ruth Beitia, con un mejor registro de 1,92 metros, se clasificó ayer para disputar mañana la final de salto de altura después de entrar de forma agónica entre las 12 mejores en la calificación. “Feliz, no puedo pedir más”, dijo la atleta cántabra, que ya había avisado que no llegaba en las mejores condiciones a su octavo Campeonato del Mundo.
“La final será difícil teniendo en cuenta mis circunstancias, pero a veces los sueños se cumplen”, espera la cántabra que, a pesar de que lo tiene muy complicado por el estado de forma en el que ha llegado a este Mundial de Londres, competirá mañana (20:05) en busca de la primera medalla para España en este Mundial, aunque sus marcas de esta temporada no la colocan esta vez entre las favoritas al podio.
Con un rostro más serio de lo normal, Beitia entró en la pista repasando con la mirada la inmensidad del estadio y reparando, a lo lejos, en el podio. De alguna forma, la campeona olímpica en Río sentía que esta pista le debía algo grande tras dejarla con la medalla de chocolate -cuarta clasificadaen 2012, justo por detrás de tres atletas ausentes esta vez, Anna Chicherova, Brigetta Barrett y Svetlana Shkolina. Aquella decepción dio paso a una retirada que no duró, por suerte para el atletismo español.
El paso de los años han hecho justicia a la santanderina, que en Río’16 tuvo la recompensa a tantos años en la elite, pero la cuenta pendiente con el Estadio Olímpico de Londres estaba ahí. Ubicada en el grupo B con Mariya Lasitskene -la gran favorita para llevarse el oro-, Beitia tuvo una toma de contacto con la pista muy positiva, con un inicio a unas alturas muy benévolas para ella que le permitieron empezar desde 1,80 metros. La discípula de Ramón Torralbo lideró el grupo siendo la primera en tener que franquear cada altura nueva, también a la primera en 1,85 y 1,89. Todo marchaba bien hasta que se topó con el 1,92, dos centímetros por debajo de su mejor marca (1,94) de este año al aire libre.
Las dos tentativas iniciales fueron fallidas. “El primer salto en 1,92 ha sido desastroso, parecía una junior”, reconoció después entre risas. Apareció en escna su técnico, Ramón Torralbo, con unas pequeñas correcciones marcadas desde la grada. Y en el tercer vuelo, ya sin margen de error porque un nulo la habría dejado fuera de la final, apareció el genio de la campeona olímpica. La clasificación automática estaba en 1,94 metros, pero no hizo falta llegar a esa altura porqué solo quedaban 12 mujeres en competición en 1,92.
El primer objetivo ya está. Ahora, a luchar por la plaza que me toque en la final”, dijo Ruth, que ya ha comenzado a trabajar: “Ya estoy visualizando lo tengo que saltar”