Beitia empieza a irse
La campeona olímpica, a tono con su difícil año, acabó 12ª en la final de altura y avanzó que ha sido su último Mundial
La realidad de un año duro, lleno de problemas físicos, se impuso ayer en la final de salto de altura del Mundial para Ruth Beitia. La campeona olímpica, después de persistentes molestias en el hombro y la cadera que la llevaron a dejar de competir durante casi un mes entero, finalizó en la 12ª y última posición la final que dominó la gran favorita, la rusa Maria Lasitskene (2,03 m.). Ruth, entre lágrimas, entonó luego un discurso que sonó a una cercana retirada.
Beitia fue la primera eliminada de la final al no lograr franquear el listón sobre 1,92 metros, después de pasar a la primera sobre 1,84 y 1,88. El 1,92, la altura que sí superó 48 horas antes en la calificación, ya fue demasiado para la atleta cántabra. Era la sexta final mundialista de Ruth, de 38 años y medalla de bronce en la edición de 2013.
Después, la campeona olímpica, de 38 años, anticipó que se plantea la retirada. “Ha sido mi último Mundial”, dijo, reconociendo que no llegará a 2019, aunque quizá sí compita el año próximo. “Han sido meses difíciles. Aposté y no salió bien. Yo quise estar aquí pese a todo. Me voy triste, no salió bien, pero contenta por intentarlo”.
“No salto más este año, por primera vez en muchos años me tomo vacaciones en agosto, y cuando regrese tendré que pensar muchas cosas y ver lo que hago”. En otras palabras, se plantea el adiós, pero no le pone fecha definitiva. “No voy a decidir nada en caliente. Solo digo que el atletismo me lo ha dado todo, me ha hecho mejor persona”, dijo con lágrimas en los ojos. “Este año he vuelto a saber de la cara oculta del deporte, de las dificultades”. Y antes de irse repitió, como un mantra: “No sé qué va a pasar...”.
El susto de María
No sorprendió la victoria de la rusa Maria Lasitskene, una de las atletas autorizadas a competir por la IAAF sin bandera ni himno de su país. Autora de 26 concursos sobre 2,03 o más e invicta este año, se llevó antes un susto, un nulo en 1,99. Pasó directamente a los 2,01, aun sin superar la altura inferior, para recobrar la iniciativa en la final, y le salió bien: pudo a la primera con los 2,01 y los 2,03 que le dieron el oro. Con el título asegurado, hizo tres nulos en 2,08, a un centímetro del récord mundial de Stefka Kostadinova (1987), y en busca de su plusmarca personal y del récord de Rusia. La ucraniana Levchenko (2,01) se hizo la plata y la polaca Licwinko (2,01), con el bronce
Ruth Beitia Es mi último Mundial, eso es lo único seguro. ¿Si me retiro ya? Me voy de vacaciones en agosto, por primera vez en muchos años, y a la vuelta tengo que pensarlo. No decidiré nada en caliente”
Aposté por estar aquí en un año difícil y no ha salido bien. Yo quería estar en el Mundial pese a todo”