Mucho ruido y pocos récords
La operación de márketing de Tignes se saldó con 17,42 de Clay y 8,46 Manyonga
Gran operación de márketing en la estación francesa de esquí de Tignes pero los resultados del ‘Salto de los Gigantes’ fueron más bien discretos en términos de atentar contra los récords mundiales de triple o longitud o las mejores marcas mundiales del año. Se trataba de aprovechar los coletazos de la puesta a punto de los grandes especialistas para el reciente Mundial de Londres combinado con el efecto positivo que tiene la altitud en el rendimiento de los deportistas. Pero el viento y la falta de costumbre para encontrar los reglajes perfectos en la altitud y esas condiciones alpinas fueron los principales obstáculos de este insólito miting de atletismo a 3.032 metros sobre el nivel del mar en los Alpes franceses en el que se dieron cita los mejores especialistas del mundo.
Hasta el punto donde se instala la peculiar pista especialmente montada al pie del Glaciar ‘La Grande Motte’ con un único carril que va a desembocar hasta el foso de saltos se llega en funicular que para la ocasión tuvo el coste simbólico de un euro para un público que en muchos casos estaba descubriendo el atletismo por primera vez desde tan cerca.
La prueba más esperada era la segunda del programa, el triple salto, donde estaba en liza el que sin duda es el mejor especialista del presente siglo, el estadounidense Christian Taylor. Pero el de Fayetteville no sólo fracasó en su intento de récord mundial de triplete salto sino que además se vio superado por su compatriota Will Clay en el sexto intento. Para cuando le habían empezado a encontrar el truco a la altitud, la prueba ya se había terminado.
La mítica marca del británico Jonathan Edwards de 18,29 m. establecida en 1995 no se vio amenazada en las condiciones extremas de la jornada. Así el campeón mundial no pasó de 16,99 y se vio superado por quien fue su subcampeón en Londres, Will Clay (17,42 m). Tercero quedó Alexis Copello con 16,95 y cuarto, Cristian Nápoles con 16,92.
Taylor quiere el tope
La cita de Tignes se había anunciado como la oportunidad ofrecida a Taylor, doble campeón olímpico y triple campeón mundial, de batir el récord del mundo del que ha hecho su principal objetivo hasta el final de su carrera. Hasta
la fecha tiene un mejor salto de 18,21 logrado en Pekin en 2015. Este año ha saltado 18,11 en Eugene. Pero tal como declaró. “era una nueva experiencia para mi. La pista era un poco difícil porque parecía a la que se hace en indoor”, pero se ha ido encantado y con ganas de volver el año que viene.
Tampoco en longitud
En salto de longitud se llevó el con- curso el campeón mundial surafricano Luvo Manyonga con 8,46 m. por delante del francés Kafe- tien Motis 8,22 y del uruguayo Emiliano Lasa, 8,18. El campeón olímpico en Río’16 Jeff Handerson terminó quinto con 7,88. Tampoco el récord de Mike Powell en el Mundial de Tokio de 1991 (8,95) se vio en peligro.
“Saltar a 3.000 metros ha sido una experiencia loca, es muy dife- rentes a los otros concursos. No he encontrado los reglajes con el viento en altitud, si no hubiese si- do factible ir aún más lejos”, expli- caba Luvo Manyonga
El oro olímpico y mundial de triple Taylor no pasó de 16,99, y fue segundo
Encontrar los reglajes en la altitud y con viento no fue fácil para los especialistas