Pelota al suelo
El Barça no puede dejarse llevar por la presión y no debe caer en la maligna urgencia histórica
César Luis Menotti llegó al Barça para sustituir a Udo Lattek en la temporada 1982-83. ‘El Flaco’ debutó en la Liga española el 12 de marzo de 1983 con un 1-1 en el Camp Nou ante el Betis. En sus casi dos temporadas en España, el gran Menotti dirigió 73 partidos, con 40 victorias, 136 goles a favor, 73 en contra y ganó tres títulos: una Copa del Rey, la Copa de la Liga y una Supercopa de España. La dura entrada de Andoni Goikoetxea a Diego Armando Maradona impidió a ‘El Flaco’ disfrutar del potencial futbolístico del ‘Pelusa’.
Pese a que sus resultados no fueron brillantes, Menotti, como buen argentino, psicoanalizó al club como nadie lo había hecho jamás y su diagnóstico fue tan claro y contundente que quedó grabado para siempre: “El Barça tiene urgencias históricas que le hacen tomar precipitadamente decisiones erróneas; tenemos que parar, definir dónde queremos ir y no mirar atrás, sólo mirar adelante”, dijo. Efectivamente, aquel Barça de los 80 nunca remataba la faena, siempre jugaba afectado por un agobio y unas prisas que hacían imposible serenar su juego. Había demasiada presión y los grandes títulos nunca terminaban por llegar.
Los años de oscuridad continuaron hasta 1992, año en el que de la mano de Johan Cruyff y el Dream Team capitaneado por Bakero, el FC Barcelona ganó su primera Copa de Europa, en aquella noche mágica de Wembley con el gol de Ronald Koeman.
El Barça vivió desde aquel momento una eclosión que no hace falta detallar ahora… Champions, Ligas, Copas… un sextete, dos tipletes... Ronaldinho y Leo Messi, el mejor jugador de todos los tiempos.
Pero sería faltar a la realidad si no se reconociera que el club parece ahora hallarse en una encrucijada a juzgar por la tensión que se ha acumulado tras la salida de Neymar Jr. y, especialmente, tras la derrota en primer partido de la Supercopa de España ante el Madrid y en el Camp Nou.
La presión en contra de la directiva es enorme, deportiva y políticamente, y las críticas al entrenador han aflorado antes de que pueda demostrar nada.
A quienes se amparan en el hecho de que el Real Madrid estaba más rodado que el Barça en el primer asalto de la Supercopa, sí que hay que recordarles que hace dos años en las mismas circunstancias el Athletic del Txingurri le endosó cuatro goles al equipo de Luis Enrique en San Mamés.
En todas las empresas y en la vida surgen imprevistos y se crean situaciones difíciles. En esos momentos de agobio es aconsejable emplear esa frase tan concurrida de “bajar la pelota en el suelo”. El Barça y sus aficionados, entre los que hay personas de todas las ideologías y gustos, deben bajar la pelota en el suelo.
Ya se prevé que va a ser necesario un margen de serenidad por parte de todos y que al nuevo entrenador evidentemente hay que darle un amplio margen de confianza. Es la directiva la que debe estar confiada y no precipitarse a la hora de fichar nuevos jugadores para rebajar la presión. Es precisamente la directiva la que debe predicar con el ejemplo y la que tiene que aguantar y serenar la situación.
El Barça no tiene urgencias históricas, aunque la sexta Champions en color del Real Madrid deje a los azulgranas sin mucho margen en Europa. El equipo de Valverde no puede caer antes de hora. Hay que recordar ahora más que nunca los aplausos al equipo después de las derrotas y no dejarse llevar por todos aquellos defectos que psicoanalizó ‘El Flaco’ Menotti. Este testo, por ejemplo, podría titularse Otra vez con urgencias históricas, pero en pleno mes de agosto y con nueve meses de fútbol por delante parece como si el titular más adecuado sea, efectivamente, el de Pelota al suelo