Messi luce sin cracks
TRAS LA IMAGEN DE LA Supercopa y a la espera de los refuerzos que se esperan,
Countinho, Dembélé y Seri, Messi comprendió que estaba ante una emergencia y se puso al frente del plan que dibujó Valverde. Atrás quedan las sonrisas del Tridente, sus picardías, su complicidad y los automatismos que les hacían demoledores. El mejor jugador del mundo tiene la suficiente grandeza para bajar a los infiernos, apretar los dientes y sacrificarse para liderar a un Barça sin cracks pero intenso, solidario y con las líneas juntas. El primer acto de los blaugrana fue una formidable alarde de toque y poderío físico. Hubo poca profundidad, por poner un pero.
HAY QUIEN ESCRUTA LA CARA de Messi, buscando un gesto de fastidio, preocupado por si no se divierte. No abundaron las expresiones de diversión, cierto, pero Valverde supo rodear a Leo convenientemente para que el colectivo jugará por él, y a la vez, él repartiera juego a todos. Estuvo pletórico: abanderó el ataque, se asoció a Deulo en el primer gol, hizo tres postes y dio a Aleix un servicio de gol que no entró. En la posición de ‘9’ falso, detrás se situaron Rakitic, Busi y Sergi Roberto, los tres centrocampistas que mejor interpretan sus movimientos, Iniesta al margen, y por delante Alcácer y un Deulofeu que demostró que se puede confiar en su responsabilidad. El jugador de Riudarenes debe sospechar perfectamente que no será titular si llega Dembélé pero puede poner en aprietos al ‘Txingurri’ si mantiene el nivel mostrado ayer.
VALVERDE ESTÁ EN EL EMPEÑO de reconstruir el equipo sin Ney. Alcácer quedó penalizado en la banda izquierda, pero se vació en defensa. Semedo se va quitando la timidez y Sergi Roberto descargó a Messi guardándole las espaldas y estuvo oportuno en el segundo gol. El Camp Nou se entregó a un emocionante tributo por las víctimas de Barcelona y Cambrils que terminó con un atronador “No tinc por”