Futbolistas responsables
POCOS HACEN RESPONSABLES a los jugadores porque en el Barça casi todo el mundo está mirando hacia arriba. Así, los futbolistas viven más tranquilos, utilizando las redes para felicitar a sus amigos, aunque alguno de ellos, concretamente Neymar , haya traicionado al club (nadie se hizo una foto con Figo). Se creen o les han hecho creer que están por encima del club que les paga generosamente, pero como han ganado muchos títulos y los aficionados los veneran piensan que son los dueños.
ES NECESARIO MÁS COMPROMISO real por su parte con la institución. El problema no es de ahora. Comenzó hace muchos años, cuando se empezó a extender la teoría de que los clubs de fútbol debían ser llevados en todas las áreas por los jugadores y se empezó a sacar la chequera para pagar contratos millonarios y renovaciones sin límites. Se cerraron las puertas de los entrenamientos y los viajes a los medios, se dejaron de hacer entrevistas, los órganos del club y las redes sociales empezaron a lanzar los mensajes hacia afuera y hacia adentro se bunkerizó el vestuario creando una especie de grupo aparte, capaz de ser autónomo e independiente del club.
TODOS FUERON Y FUIMOS CULPABLES. Los intereses más cortoplacistas volvieron a imponerse. Los directivos, pendientes de los opositores más desestabilizadores y los futbolistas, rodeados de agentes y entornos que nunca les dicen que no porque se juegan un puesto apetitoso y si les ponen mala cara los cambian. El jugador es egoísta. Puede entenderse. Su vida deportiva es corta, muy intensa y muy envidiada. Reducen su núcleo de forma lógica y acaban intentando mandar por encima de los que han sido elegidos en las urnas. Pero cualquier jugador se debe al club en el que está. No son solo una marca personal. Hay que agradecerles su esfuerzo y rendimiento, pero también pedirles más unidad con la institución, por respeto a los socios