Las consecuencias de Zubizarreta

No ha existido empleado del FC Barcelona más perjudicial y nefasto que el secretario técnico Andoni Zubizarreta.

Como portero fue bueno; como técnico ha sido causante directo del verano absurdo que estamos padeciendo. Su estropicio inicial fue la incapacidad de fichar un central. Siempre llegaba tarde: Thiago Silva al Paris SaintGermain; Mats Hummels ni lo vio; de los vascos, ninguno. Y como para remachar su incompetencia y que no queden dudas sobre ella, nos trajo a Thomas Vermaelen “rendimiento inmediato”. De Douglas y otras estafas no hablaremos, pero nadie puede silenciar ya su idiocia futbolística con el caso Marco Asensio: cuatro millones de euros ¡que pagaremos a plazos! ¿Cómo se puede ser tan inepto? De Ter Stegen no hablaré pues su ‘lobby’ ya tiene convencido a los culés de que este portero errático vale para ganar la Champions League. No es así. En el informe de Zubizarreta ¿se decía que no sabe salir por alto, y que solo para los disparos que le gustan a él?

En esa inconsistencia se inicia el declive de un Barça que cuenta con el mejor jugador del mundo y varios más entre los mejores detrás de Messi. En los años buenos, cuando se podía fichar sin agobios, el Zubi se durmió en su engreída autocomplacencia, dejando pasar meses y ocasiones y trayendo Vermaelen. Cuando lo echó Bartomeu el mal ya estaba hecho, el equipo sin laterales, con un central de menos, la media desajustada, Sergi Roberto fuera de sitio, Jordi Alba sin seguridad defensiva y Dani Alves ninguneado. Ya sabemos que no viene Coutinho, que habría sido un grave insulto al prestigio de un Barça campeón. Ahora, para ser mediocre, con Zubi había bastante. No culpen de su desastre a los que están ahora