Qué fácil es ser del Barça
Si ganamos, no hay que ser resultadista. Si no hay buenos resultados, entonces sí cuentan los títulos que no se ganan. Si se ficha a Paulinho con 29 años, es demasiado viejo. Si se ficha a Dembélé, con 20, es demasiado joven. Si se ficha a Paulinho es, según un medio digital y un tuitero, porque la empresa de Bartomeu quiere vender “fingers” en la China. Esa “información”, sin contrastar, abre telediarios. Cuando el mismo tuitero, al cabo de unos días, reconoce que era una “información falsa”, es decir que mintió, el rectificado no es ni mentado por esas mismas televisiones. Si no se ficha a Coutinho ,a Messi no se le ha hecho un equipo a la medida de sus necesidades. Si se fichaba a Coutinho por 160 era una inmoralidad e una indecencia. Si se quiere comprar a Ceballos, que escribió tuits más que ofensivos contra los catalanes y los culés, se pide la dimisión de Bartomeu. Si Ceballos se escapa y ficha por el Madrid, que dimita también. Si Piqué dice que “Neymar se queda”, caña al departamento de comunicación por no ser un portavoz del club quien haga oficial la continuidad de Neymar .Si Neymar no se queda, caña por no detectar que Piqué era un bromista. Si Jordi Mestre asegura, el 18 de julio, que garantiza que Neymar seguirá al 200%, se comerá sus palabras toda su vida. Si Mestre hubiese dicho que garantizaba su continuidad al 50%, o al 98%, le habríamos criticado, y con razón, por irresponsable, por demostrar que el club estaba dispuesto a negociar y que el Barça quería venderlo. ¿Sí o no? Si Jordi Mboula paga la cláusula de libertad para tener pronto minutos en la élite del fútbol, la Masia no se cuida. Si el Mónaco deja a Mboula en su equipo joven a pesar de la marcha de Mbappé y sus estrellas, ya no es noticia. Si Pepe, central titular, se va gratis del Madrid es un premio a su trayectoria. Si Mathieu, vilipendiado suplente, se va libre a Portugal, no sabemos vender. Si tras ocho años, no supimos retener a Alves es un pecado mortal. Si a la Juventus, tras una sola temporada, le vuela el jugador a París (tras su promesa rota al City en un abrir y cerrar de ojos) es que el lateral es una veleta caprichosa. Cuando juega Cillessen, se habla del agravio con Masip. Si hubiese jugado Masip, la pregunta siguiente era ¿por qué se fichó a Cillessen?
Cuando juega Rafinha se señala el ostracismo de Denis Suárez. Cuando juega Denis… Lo de hacer noticia del que no va convocado, o del que se sienta en el banquillo, es el periodismo del vaso siempre medio vacío. O, para no quedarnos cortos y no ser menos que nadie en la hipercrítica, del vaso totalmente vacío. Eh, todo por el bien del Barça, claro está. Con la mejor de las intenciones. Por amor a los colores. Como Benedito
Está en boga el periodismo del vaso medio vacío o totalmente vacío