La paradoja más absurda y ridícula de la LFP
Hace un año que la LFP, a través de su artículo 6.4 del Reglamento para la Retransmisión Televisiva, exige a los clubes que consigan el 75% de ocupación en la grada opuesta a las cámaras instaladas en la tribuna principal. No les gusta que se vean los estadios vacíos y exigen que, para no afear su competición, el primer graderío del lateral se vea suficientemente lleno de aficionados. A cada encuentro, pues, el ‘Director del partido’ que manda la LFP toma una foto de la grada en el minuto 30 y, si no se llenan 3 de cada 4 butacas, se sanciona al club anfitrión del partido. Es más, el reglamento contempla que “en caso de que la ocupación sea inferior al 50% dicha sanción se duplicará”. Pues bien, esta LFP que tiene tantos miramientos por la imagen, es la misma que pone jornadas de fútbol, en día laborable, a las diez de la noche. Es decir, piden que se vea gente pero hacen todo lo posible, con estos horarios, para que el aficionado se quede en casa. Por ejemplo, los 51.000 aficionados del Barça-Eibar será seguro la peor entrada en el Camp Nou de toda la temporada. Con récord incluido: jamás 39.000 abonados habían liberado su asiento para un mismo partido.