Conversaciones de motorhome
Marc y Alex Márquez comparten casa en los circuitos y mantienen la ilusión intacta de correr juntos en MotoGP
“Hombre, si son confidencias de motorhome no las diré, que son confidencias. Tenemos una camiseta hecha: “lo que pasa en el motorhome se queda en el motorhome”, dice siempre al quite y entre carcajadas Alex Márquez. A la periodista toca darle la vuelta, “pues cambiamos a conversaciones de motorhome”. Y en ellas te das cuenta que siguen siendo esos dos chavales sanotes que siempre fueron y que una conoce así desde sus inicios, los hermanos Márquez de Cervera, por mucho que haya quién busque las cosquillas y empañe su imagen de campeones.
Y sus gestos de hermanos bien avenidos son inconfundibles. Se chinchan continuamente, el pequeño se sube a las barbas del mayor, no importa los títulos que le saca y el mayor a la suya que para
“No me sé imaginar sin Alex, está en mi entrenamiento, en los circuitos, en los viajes”
eso es el mayor. Y sigue bromeando Alex conque físicamente casi le saque la cabeza.
Nunca compartieron habitación en casa más que en vacaciones. “Cuando era época de instituto no descansábamos”, empieza a relatar Alex y continua Marc: “porque nos peleábamos y acabábamos a almohada limpia. No hemos cambiado tanto porque las peleas con las almohadas aún siguen, no hemos cambiado mucho, eh Alex”, “Es verdad es verdad”, asiente el menor.
Los piques fundamentalmente son “en la play, mucho no sé perder y siempre pierdo” cuenta Marc, “y cuando jugamos juntos si perdemos siempre es por mi culpa”, bromea Alex.
Es jueves en Alcañiz y el motorhome de los Márquez está impecable pese a que ambos reconocen que lo de ser ordenados no va mucho con ellos. Cada uno de los hermanos tiene habitación propia con baño incluido. En otra habitación con literas están Jose, el compañero de entrenamientos de motocross, y Julià, el padre y alma del motorhome.
Un día Julià decidió que él se encargaría de llevar el motorhome por las carreteras de Europa. Marc cuenta que “salió de él, si no se aburre y palabras suyas ‘llevo el motorhome que sino en los circuitos me siento inútil’. Tu ya sabes que dentro del circuito el día es muy largo. Y yo le decía ‘y la paliza de ir con el camión arriba y abajo por Europa. Ya teníamos medio mirado a alguien y dijo que no, que lo llevaba él. Y pensé un año y se cansará y de momento ya lleva dos y no se cansa”.
Lo que más envidia Alex de Marc es que “sabe ir al límite y no cometer el error”, eso como deportista. ¿Y personalmente? “Cuando le interesa algo escucha y cuando no le interesa, no. Yo siempre escucho y si he de discutir, discuto, el tiene ese talento...”
Pese a sus cinco títulos y los que llegarán Marc también envidia a su hermano: “Cuando coge un ritmo es capaz de clavarlo muchas vueltas seguidas y a mi me cuesta más, no soy tan constante cada vuelta”.
Llevan juntos desde ese 1996 en que nació Alex y no conciben la vida en las carreras sin el otro. “No me sé imaginar sin él, está tan integrado en mi entrenamiento, en los circuitos, en los viajes, es todo”, apostilla Marc.
Marc nos desvela cual es su siguiente sueño. Existió la oferta pero muy juiciosamente Alex declinó dar el salto a MotoGP en 2018 y se guarda su opción para cuando esté más preparado y, si puede ser con el título Moto2, mejor.
“Será un día que uno de mis sueños se hará realidad, estar en la categoría de motogp compitiendo contra mi hermano, no, corrijo, con mi hermano. Seremos rivales aunque si algún día pasa no lo trataras igual que a otro”, dice Marc.
“Estar con mi hermano en motogp es uno de los sueños pero nada será comparable a cuando ganamos los dos el titulo el mismo año “, dice Alex
Julià Márquez lleva el motorhome: “Salió de él y pensé ‘un año y se aburrirá’, y ahí sigue”
Mantienen las luchas de almohadas y los piques con la videoconsola