UN LÍDER FIRME
Dos autogoles y un tercero de Suárez permitieron al Barça firmar un pleno de puntos en una jornada histórica El Girona plantó cara con un sistema de marcaje individual a Messi que le restó protagonismo aunque no en lo esencial
Valverde está aprendiendo a todo correr cómo se vive al otro lado del muro, como así ha definido su desembarco en Barcelona. Ante el Girona comprobó que la suerte está de su parte, que maneja un equipo demoledor en la pegada y que los rivales albergan aún la esperanza de desactivar algún día a Messi, aunque deba recurrir a fórmulas poco recurrentes y no del todo efectivas. Dos autogoles y otro de Luis Suárez concedieron a los azulgrana la sexta victoria consecutiva y la hegemonía de un liderato incontestable. La fiesta del nuevo derbi, para los azulgrana.
Al Barça se le escapó la Liga pasada en partidos con equipos de la clase baja. De aquellas derrotas se aprendió y, también, de ver al equipo blanco tragar saliva ante el Alavés. Por eso, el técnico azulgrana montó una alineación con cambios pero sin estridencias, con una base de siete titulares. Lo más novedoso, un a banda derecha con Sergi Roberto de lateral y Aleix en el puesto de Dembélé. Lo que Valverde no podía imaginarse al diseñar su estrategia era la solución que Machín había barruntado para desconectar a Leo. Un marcaje al hombre de Maffeo, que recordó aquel de Chico a Xavi o al de Kovacic, que frustró al argentino pero que no impidió anularle del todo.
El plan de Machín, sin embargo, quedó desbaratado en apenas 17 minutos. Y no por deméritos del planteamiento sino por un gol en propia puerta a la salida de un córner lanzado por Messi y rematado de volea por Alba. Una acción ensayada en el laboratorio azulgrana mezclada con una buena dosis de infortunio para Aday, a quien rebotó el balón. Hasta entonces, el Girona había mostrado su mejor cara. Conceptualmente bien armado y posicionado con pulcritud, los locales hilvanaron sus opciones durante un buen rato. Olvidándose de Messi y de que jugaban con once, que en realidad eran diez. Ter Stegen se lució con una doble parada a disparos de Colunga, la última anulada por fuera de juego. Lo demás fueron un par de aproximaciones peligrosas.
Leo siempre
Aunque veían a Messi deambular por todo el campo tratando de zafarse de su marcador, el equipo azulgrana supo digerir la situación con veteranía. Controlando el balón y adueñándose de los ‘tempos’. Luis Suárez, Paulinho en otro buen testarazo y Alba de nuevo lograron dar réplica sin gol. Leo hablaba con Maffeo, se daban alguna ‘palmadita’ pero no se distanciaban ni un palmo. Y aún así, el Pichichi de la Liga ‘intervino’ en casi todo. En el lanzamiento del saque de esquina del 0-1, en una falta peligrosa, en otro córner con veneno y en otra falta que sirvió a Aleix para marcar el 0-2 en el 48’. Una carrera en profundidad, con centro-chut de talón en una situación límite que rebotó en Gorka y se coló en la portería. La presencia de Luis Suárez confundió al portero del Girona.
Lejos de venirse abajo, impulsado por una afición que degustaba cada minuto del partido, el Girona se fue a buscar ese gol que se le negaba desde hacía más de tres partidos y medio. Lo intentó con un remate de Olunga que paró Ter Stegen, un centro de Aday una ocasión que dio en el paro. Pero no tienen a un pistolero como Luis Suárez, que desenfunda a la primera que se lo propone. Un pase de Sergi Roberto le bastó para fusilar a Gorka, anotar su segundo gol de la temporada en su centenario y alimentar una moral decaída.
A diez minutos para el final, Maffeo abandonó el terreno de juego para alivio de Messi. No le dio tiempo para marcar, pero sí para participar más en el juego. Al final del encuentro, el defensa cedido por el Manchester City se le acercó y hablaron. Messi se fue del campo sin estrenarse con el Girona pero pensando ya en el partido de la segunda vuelta. Se quedó con los 18 puntos de 18 posibles, cerca del histórico récord de Tata Martino