Cuando en una maratón se bordea el drama
La keniata Recho Kosgei se desvaneció a 800 metros de la meta en Varsovia
Las imágenes pusieron los pelos de punta y causaron un gran malestar y una gran preocupación a todo el mundo que las contempló. El pasado fin de semana se disputaba la 39ª Maratón de Varsovia (Polonia), también conocida como ‘el muro ‘ o ‘la pared’. En categoría femenina la atleta keniata Recho Kosgei acariciaba la victoria a falta sólo de 800 metros de la línea de meta, pero las fuerzas le fallaron y se desplomó en medio del asfalto, ofreciendo unas imágenes que generaron una gran inquietud y que sirvieron para que hubiera quien se preguntara dónde están los límites de la exigencia.
Kosgei –que acudió a Varsovia para preparar la maratón de Barcelona– estuvo seis largos minutos tambaleándose sobre el asfalto. Intentó ponerse en pie, pero no podía, yéndose al suelo una y otra vez. Nadie de la organización le prestó auxilio. Estuvo sola en este punto del recorrido meciéndose a un lado y al otro como una flor ante la fuerza del viento. Casi un minuto y medio después de la caída llegó a su altura la etíope Bekelu Beji, que pasó por su lado sin desviar la mirada, logrando la victoria con un tiempo de 2h35’08”, por las 2h11’26” que empleó el local Blazej Brezinski en categoría masculina. Sí que se detuvo el atleta eslovaco Marek Hladik, quien se preocupó por ver cómo estaba, perdiendo incluso la décima plaza que tenía hasta ese momento. Prefirió atender a una compañera.
Una vez que el vídeo, que las crueles imágenes de Kosgei, se difundió a través de las redes sociales a los organizadores de la prueba les llovieron infinidad de críticas, pero ellos se defendieron argumentando que sólo aplicaron el reglamento de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), ya que en el caso de que la hubieran asistido la atleta hubiera sido descalificada. “Kosgei se encontraba consciente y su vida no corría peligro. Ella misma indicó que seguía tratando de reincorporarse para seguir. Mientras ella luchaba por ponerse de pie había un vehículo oficial detenido monotorizando la situación hasta que llegó la ambulancia”. Con independencia del reglamento, lo cierto es que las imágenes de Kosgei tambaleándose largos minutos y dejándose caer al final de la secuencia con los brazos abiertos como dándose por derrotada inquietaron bastante.
El origen del problema
Finalizada la carrera, el entrenador de la atleta del Volare Sports Team explicó que la causa de lo sucedido pudo estar en que Kosgei no pudo hidratarse en los avituallamientos distribuidos en los puntos kilométricos 30, 35 y 40. Por su parte, la protagonista de esta historia con un final que parecía que iba a ser todo menos feliz explicó que “me sentía muy fuerte a lo largo de toda la ca- rrera, pero no recuerdo que pasó al final”. De hecho, en la página web de la agencia holandesa que la repre- senta, añadía: “Cuando me veo en el vídeo sólo sé que realmente quería levantarme y seguir adelante. Fue una tortura, vi a la atleta de Etiopía pasarme y sabía que el juego había terminado. Doy gracias a Dios que estoy sana. Me llevaron al hospital y me cuidaron mucho”.
Kosgei ya está en Kenia descan- sando. Sabe que sus imágenes han dado la vuelta al mundo y que la van a acompañar siempre en su carrera deportiva. Por fortuna todo quedó en un susto, pero lo vivido ha abierto el debate de la necesaria prepara- ción para afrontar retos mayúscu- los y los límites de la auto exigencia
Estuvo seis minutos tambaleándose sobre el asfalto sin que nadie la atendiera
Dirección de carrera dijo que no la atendió porque, si lo hacía, la atleta era descalificada