A puerta cerrada

No sabía que los goles y los puntos fueran tristes. Tampoco había visto nunca que desde tribunas mediáticas importantes se exigiera al Barcelona que dejara de jugar el partido por una situación política muy desgraciada. Seguí con cierto interés la suerte del partido del Barça contra Las Palmas. Empezó a correr la idea que debía suprimirse ante los graves acontecimientos que se producían en Catalunya en los que la policía había provocado duramente varios cientos de heridos. Iniciada la tarde me llegaba que la Junta había decidido suspenderlo. Luego, un poco más tarde, que se jugaría pero con las gradas vacías. Ya saben lo que pasó. Bartomeu pidió a los Mossos y a Oriol Junqueras que le dieran garantías de seguridad. Parece que no recibió una respuesta clara. El club consultó con la federación y la contestación fue que perderían seis puntos, los tres que estaban en juego y otros tres de multa. Y que el tema podría ir a mayores en cuestión de sanciones. Las redes sociales y comunicadores afamados insistían en que no debía jugarse el encuentro. Bartomeu bajó al vestuario y la gran mayoría de jugadores preferían salir a la cancha aunque fuera sin público y sin animación. El deporte tiene pista libre y la historia nos demuestra que cuando se produce una gran tragedia puede interrumpirse una competición pero no suspenderse. En los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich, unos terroristas palestinos asesinaron a dos atletas judíos y tomaron a otros nueve como rehenes. Al no aceptarse sus peticiones de liberación de presos palestinos acabaron asesinándolos a todos. También cayó un oficial de la Policía de Alemania Occidental. Se suspendieron los Juegos durante un día y luego prosiguieron. Fue muy triste pero el deporte tiene sus propias reglas de juego. Competir y, si es posible, ganar. Es una ley no escrita que perdura desde los tiempos de la Grecia clásica. Carles Vilarrubí y Jordi Monés anunciaron que abandonaban la Junta. Maniobras para desestabilizar a Bartomeu, que también lamentó los heridos del domingo en Barcelona