Un sueño de infancia hecho realidad
El ex ciclista Óscar Freire debuta en Mundial de rallys con su estreno en el RallyRACC Catalunya
Con la misma ilusión de un niño con zapatos nuevos. Desde que se bajara de forma definitiva de la bicicleta y debutara en un rally en el Rallysprint de Medio Cudeyo (Cantabria) al volante de un Citroën DS3 en el 2015, Óscar Freire ha soñado con estar con los más grandes y participar en el Campeonato del Mundo de Rallys, sueño que podrá realizar esta semana en el RallyRACC Catalunya. Tres veces campeón del mundo de ciclismo, los buenos aficionados al deporte y al ciclismo conocen la pasión de Freire por el deporte de las dos ruedas –el cual sigue practicando y le sigue enamorando–, pero pocos saben de su pasión por los coches y la velocidad, gestada ya cuando era un niño.
Como muchos otros ‘peques’ de una época, Freire pasó muchas tardes jugando al Scalextric, llegando incluso a ser subcampeón de España. Sin saberlo, el de Torrelavega no sólo se divertía con los amigos, sino que empezó a gestar una pasión que le llevó a ver un Campeonato de España en el circuito de Montmeló, Barcelona, donde “recuerdo que coincidimos con unos entrenamientos de Ferrari, con Senna y Berger”. Le gustaban los coches, la velocidad y al final se decantó por los rallys porque “es lo más accesible. No son como el karting o las carreras en los circuitos, en los que siempre dependes de un trazado”, explica Freire rodeado de amigos. Además, tuvo la suerte de encontrarse un día en el lugar indicado en el momento oportuno. “Me encontré con un conocido –Óscar Martínez–, que había sido ciclista, que sabía que me gustaba el motor y me lo propuso. Me lo gestionó y es el que me patrocina, y fue el que en su día patrocinó a Dani Sordo y a Chus Puras cuando lo necesitaban”.
Su primer accidente serio
Freire hasta el momento ha disputado siete rallys. El último, el rally Princesa de Asturias en septiembre, en el que sufrió su primer accidente. “Me encontré con una mancha de aceite en el suelo y me fui contra un muro”, apunta. Pese a ello, afirma que al volante de su Kia no tiene miedo, y “sí respeto, ya que llegas a ir muy rápido. No arriesgas tanto porque al final sabes que no luchas por el Mundial ni las victorias”. Pese a sufrir este percance no esconde que “con lo que más disfruto es con la sensación de velocidad en carreteras estrechas y complicadas. Ponerte un casco y sentir esa adrenalina que sentía cuando era ciclista”. Le gusta, le encanta acelerar a fondo, aunque admite cabizbajo que “para mí es impensable ir tan rápido como los pilotos que van delante. Cuando veo en los vídeos cómo pasan los tramos..., hasta mis hijos me dicen que voy de paseo”.
Un ‘globero’ del motor
No se considera especialmente agresivo y tiene muy claro que lo suyo no son los rallys. “Se me dan bien, pero éste no es mi deporte. Los rallys son un deporte en el que debes tener mucha experiencia desde que eres un crío y después necesitas tener
Corre al volante de un Kia Pro Cee’d GT N3, junto a su copiloto Gabino Martínez
Freire contó con la ayuda de Óscar Martínez, que ya apoyó a Puras o Sordo
muchos medios. Pienso que a la élite de los rallys no llegan los mejores porque es muy difícil tener esa oportunidad y apoyo económico”, sentencia. “Mira lo que ha pasado con Alonso –añade, emocionado y entregado, se nota que el deporte del motor le apasiona–, y en el mundo de los rallys todavía hay más diferencias y categorías, demasiadas, tantas que no puedes pelearte con nadie. Para mí, es un gran error”.
Óscar Freire tiene claras sus limitaciones y sabe cuál es el potencial de su coche, más aún cuando se va a medir con la élite de los rallys. “De niño tenía la oportunidad de ser ciclista y también tenía un hobby que entonces no lo podía practicar y ahora sí. He corrido algunos rallys, pero esto ya es un Mundial. Es una competición de profesionales y yo soy un globero en el mundo del motor. Mi objetivo es disfrutar e intentar acabar”. Y para ello cuenta con el poso que le dejó el ciclismo. “En los rallys llegas a muchas situaciones de riesgo en las que debes tener sangre fría”, como en el ciclismo.
Un temple del que ya hizo gala en su época ciclista al ganar sus tres Mundiales y que también aplica en otra de sus pasiones, el tenis, en la que de momento no vuela tan alto