Usar y abusar del Barça
El estado de convulsión política que atraviesa Catalunya de un tiempo acá tiene en el Barça el chivo expiatorio de políticos que, incapaces de hallar otras vías para vehicular sus postulados, le piden imposibles. El Barça ha sido siempre ‘més que un club’ porque representa los sentimientos del pueblo catalán. Y seguirá siéndolo. Pero el Barça no puede plegarse ante los caprichos de esos que le piden que se pegue un tiro al pie. Si el Barça les ha de solucionar sus problemas mejor que dimitan y se dediquen a cultivar champiñones, por ejemplo. Una cosa es servir a Catalunya y otra es autoinmolarse y quedar como el tonto de la película. En las últimas semanas hemos visto que se le ha pedido al Barça negarse a jugar un partido de Liga, lo que representa como mínimo seis puntos en la clasificación, amén de una fuerte sanción económica. Y también que, cuando ya se ha conseguido cerrar el tema de las ‘estelades’ y anular las cuantiosas multas que le impuso la UEFA, rompiera el protocolo de la Champions y organizara un mitin antes del partido contra Olympiacos. O sea, que le cayeran unas sanciones millonarias y que le cerraran el campo al menos por dos partidos o le expulsaran de la competición. ¿Pagarían quienes avalaban tales peticiones las consecuencias? Está claro que no. Esa táctica de pedir barbaridades imposibles para a continuación dudar de falta de dignidad y catalanidad del Barça es una ruindad. Cabe tener en cuenta que una Catalunya independiente significaría el final del Barça tal como lo conocemos ahora. El Barça pasaría a ser representante de una liga como la holandesa o la danesa. O sea, un club de tercera fila que jugaría la previa de las previas de la Champions. Entonces, esos que le piden imposibles lo dejarán en paz porque ya no les interesará, tras haber usado y abusado de él como un trapo y a su conveniencia. El Barça ha hecho, hace y hará por Catalunya todo lo que pueda y deba. Pero no más, porque nadie hace más de lo que puede y debe.