Las prisas, malas

Estuve en Murcia siguiendo al Barça en su estreno en la Copa del Rey, competición que aspira a ganar por cuarto año consecutivo, y me gustó mucho lo que vi en la Nueva Condomina. Un buen partido de conjunto, eliminatoria resuelta y varios nombres a tener en cuenta en la agenda para futuras urgencias. El partido demostró que en el filial hay material para echar mano de él cuando sea necesario. O cuando Valverde lo estime oportuno. Pero cuidado con las prisas. Cada cosa en su momento y, con todo el respeto, no es lo mismo el Murcia que el Madrid, la Juve o el Valencia.

Primero está Aleñá, de quien no hay nada que descubrir. Ya hace tiempo que sabemos lo que apunta. Es joven y lidera el juego del Barça B, pero no vayamos a ponerlo en un pedestal. Lo mismo quiero decir de Arnaiz, el chico de moda. Jugó un gran partido y aporta desequilibrio, lo cual es un valor muy buscado en el fútbol actual, donde manda la potencia. Miren si no el Balón de Oro y ‘The Best’, que es de los peores regateadores de la Liga entre los delanteros.

Arnaiz tiene maneras, valentía, calidad, desequilibrio y rapidez. Hay que darle las oportunidades que necesita sin precipitarse y sin ensalzarlo antes de hora. Las prisas nunca son buenas consejeras. Y diría lo mismo de Cucurella, para mí un lateral con mucho futuro, pura escuela Barça. N o voy a referirme a la difícil situación política, aunque está afectando, y mucho, al Barça, porque no es lo mío y yo lo que creo es que cada uno es libre de pensar lo que quiera. Pero, precisamente por eso, una vez más tengo que decir que se desmadraron mucho una vez más con Piqué. Hay una persecución absoluta con el chico, que realmente no merece todo lo que le dicen por su forma de pensar.

Al Barça siempre se le ha recibido mal en casi todos los campos de España. Últimamente la situación se había revertido, pero ahora volvemos a estar como antes