La nueva receta del ‘Txingurri’
Por primera vez no completó los tres cambios del Barça (solo hizo uno) coincidiendo con su regreso a San Mamés
Lo más emotivo del regreso de Ernesto Valverde al Nuevo San Mamés no se vio. Quedó para él en la intimidad de las entrañas del estadio. Abrazos, saludos y bromas con la familia del Athletic que dejó allí, entre ellos su gran amigo Kuko Ziganda, el entrenador rival. Pero el técnico del Barça se centró en su trabajo y no dejó lugar a los sentimentalismos en los prolegómenos. Luego, ya a la vista de todo el mundo, su salida al césped coincidió con la de los dos equipos y el himno del Athletic sonando por la megafonía y cantado por los 43.750 aficionados presentes. No hubo un hueco para él. Tampoco su nombre se escuchó por los altavoces porque el ‘speaker’ sólo nombró a los jugadores del Barça y a los suplentes. Mejor así, debió pensar el técnico del Barça, que no quería distraerse de su objetivo: sumar los tres puntos. Y para ellos sabía que tenía que estar atento a todos los detalles desde el primer segundo.
El ‘Txingurri’, aunque quizás obligado por la baja por lesión de Iniesta, ya alineó un once pensando en contrarrestar la principal virtud del Athletic: el juego aéreo, tanto en la estrategia, de forma directa, como en las segundas jugadas, por ejemplo, para poder competir contra Raúl García en los saques largos de Kepa para evitar que el centrocampista prolongara balones en busca de la velocidad de Williams. De ahí que en de salida coincidieran todas las torres del equipo: Piqué, Umtiti y Busquets, por supuesto, pues son habituales, pero también Paulinho y André Gomes juntos, con la ayuda también de Luis Suárez para despejar de cabeza córners o faltas laterales. Pese a todo, Aduriz se las ingenió para rematar un par de veces a balón parado, pero podría haber sido peor. Y entre Paulinho y André Gomes se turnaron para controlar esos envíos largos a Raúl García.
Jugaba con una ventaja Ernesto Valverde: cuatro años entrenando al Athletic antes de coger las riendas del Barça en verano dan para mucho conocimiento del rival. Ziganda ha cambiado algunas cosas, pero lo esencial lo mantiene. No es que Valverde cambie el juego de su equipo en función del rival, pero debió pensar que si el Athletic le tenía que sorprender que fuese con armas que él no conoce.
En la segunda parte, eso sí, sufrió como todos los barcelonistas al ver que el Athletic robaba una y otra vez balones en la salida de juego desde atrás. Calentó Denis Suárez en la banda. Pensó en el gallego para tener un poco más de toque, pero lo meditó bien y acabó haciendo un único cambio: Semedo por André Gomes para pasar a
Vivió una jornada emotiva, pero le vino bien conocer a fondo a su ex equipo
Sergi Roberto al centro del campo. Por primera vez no completó los tres cambios esta temporada. Ni para perder tiempo con 0-1. El motivo también fue una cuestión de centímetros. El arreón final del Athletic iba a llegar por arriba, un recurso tradicional que al equipo rojiblanco le suele dar buenos resultados, y volvía a necesitar a todos los jugadores que tenía en el campo para ello.
No fue el partido más brillante de la ‘era Valverde’. Tampoco fue el triunfo que más celebró por amistad y cariño hacia los suyos, pero dejó claro que se había alegrado de la victoria del Barça. La había preparado a conciencia