Mundo Deportivo (Barcelona)

INMENSO GIRONA

El equipo catalán, con un Montilivi lleno hasta la bandera, remontó al Real Madrid que se queda casi sin crédito en esta Liga Stuani y Portu firmaron las dianas del equipo de Pablo Machín, mientras que Isco hizo el único tanto merengue

- Felip Muñoz

La Fiesta Mayor de Girona se trasladó a Montilivi para celebrar la histórica hazaña del equipo catalán, que se vistió de gigante para doblegar a un pobre Real Madrid con la cabeza puesta en el duelo de Champions ante el Tottenham. Los de Zidane se dejaron los tres puntos ante un rival mayúsculo y quedan muy tocados al situarse a ocho puntos del líder, el Barça. Los goles de Stuani y Portu desataron el delirio en Montilivi y fulminaron a los blancos, que se habían adelantado mediante un gol de Isco y a los que se les agota el crédito en esta Liga.

Arropado por su afición, el Girona saltó al terreno de juego envalenton­ado y con la voluntad de jugarle de tú a tú al Real Madrid, algo que consiguió en los primeros minutos de juego. Con una línea defensiva muy adelantada, los rojiblanco­s apretaban en la medular para robar el balón y mandarlo rápidament­e a las bandas para buscar la salida con Aday y Maffeo y la velocidad de Portu.

La primera jugada polémica no tardó en llegar y la afición local clamó indignada un penalti por unas manos de Benzema, algo que el colegiado no señaló.

Mazazo blanco

La intensidad de las gradas se trasladaba a los futbolista­s del Girona, que apretaron para empezar a poner en serios aprietos a su rival. Maffeo levantó a tod os de sus asientos, cuando su centro-chut se estrelló contra la madera.

Sin tiempo para respirar, la desgracia se cebó con los futbolista­s de Machín, que vieron como se pasó del posible uno cero al cero a uno de Isco, quien finalizó un contragolp­e fulgurante al aprovechar el rechace de Bono al tiro de Cristiano. El gol enmudeció Montilivi y ‘despertó’ a la afición del Madrid, silenciada hasta el momento por el júbilo local.

El tanto merengue no cambió el planteamie­nto del Girona y sus futbolista­s siguieron arrojando desparpajo e intensidad para seguir acosando a los del Madrid. En estas, los centros de Portu y Stuani no encontraro­n rematador.

A los de Zidane les costaba conectar con sus delanteros. Ahogados por la presión de los de Machín, Isco tuvo que multiplica­rse para ofrecer alternativ­as y sacar el balón desde atrás.

A pesar de no tener el control del juego, el Madrid seguía disponiend­o de su pegada para crear peligro, que llegó de nuevo a través de las botas de Cristiano y Benzema, pero los dos delanteros blancos no acertaron ante un inspirado Bono.

Con el marcador en contra, el Girona no se arrugaba buscando el empate, pero de nuevo se estrelló contra la madera. Remate precioso de cabeza de Portu que repelió el palo derecho de la portería de Casilla. La fortuna se volvió a aliar con el equipo de Zidane, espeso y sin una idea clara de juego.

Delirio en Montilivi

El guión del partido no varió tras el intermedio y el Girona acorraló al Madrid en su campo, aunque le seguía faltando remate, curiosamen­te lo único que le quedaba a un defensivo equipo blanco.

Pobre era la puesta en escena del Madrid ante el desespero de Zidane, que no paraba de repartir instruccio­nes a sus futbolista­s. El control del balón era del Girona, mientras que los blancos se veían atrinchera­dos por el acoso local.

El rugido de Montilivi era incesante y llevaba en volandas a los de Machín. Así, el premio no tardó en llegar y una jugada personal de Pere Pons la finalizó el ‘killer’ de oro Stuani, desatando el júbilo de los aficionado­s del Girona.

El Madrid quedó muy ‘tocado’ con el empate, algo de lo que se aprovechó el conjunto rojiblanco para asestar otro golpe poco después. Stuani volvió a probar suerte y obligó a intervenir a Casilla, sin embargo el rechace del catalán cayó a pies de Portu, que enloqueció al estadio al mandar de nuevo el balón al fondo de la red.

Zidane decidió mover el banquillo y buscó más profundida­d al dar entrada a Asensio y Lucas en el lugar de los negados Achraf y Marcelo. De nuevo Stuani volvió a poner el miedo en el cuerpo de los jugadores del Madrid, pero su definición ante Casilla se marchó rozando el palo, acarreando un sonoro “uyyy” de las gradas de Montilivi, que no se creían el espectácul­o que estaban viendo.

La reacción del Madrid no llegó y las intentonas blancas fueron muriendo a manos de un sólido Bono, atento a cualquier incursión de los madridista­s y que selló la histórica victoria del Girona

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FOTO: PERE PUNTÍ Christian Stuani celebra el 1-1 al Real Madrid

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