La primera mitad condena a España
Derrota clara (28-24) en el segundo amistoso ante Alemania
La selección española no pudo repetir el triunfo que logró el sábado en Magdeburgo y cayó ayer en Berlín por 28-24 ante Alemania, en un encuentro en el que pagó con la derrota su mala primera parte. En los treinta primeros minutos, los ‘hispanos’, a diferencia de lo ocurrido un día antes, fueron incapaces de dotar a su ataque de la fluidez y velocidad necesaria para superar a una defensa germana que, esta vez sí, hizo valer su mayor poderío físico.
Ello obligó a los españoles a resolver los ataques con precipitados lanzamientos lejanos, que sólo sirvieron para agigantar a los defensores germanos y, sobre todo, al guardameta Silvio Heinevetter, quien se convirtió en el punto de partida del veloz juego de contragolpe de su equipo, que a la carrera desarboló por completo a España. Lo reflejaron los siete tantos de desventaja (16-9) con los que llegó al descanso un equipo español sin la mínima continuidad en su ataque y sin posibilidad de asentarse en defensa.
Pero el conjunto español demostró en Berlín que posee el orgullo necesario para no rendirse, algo tan importante o más que el resultado final en un partido amistoso. Recuperó en la segunda mitad la paciencia necesaria en ataque para mover a la defensa alemana hasta encontrar lanzamientos con ventaja. Un drástico cambio que permitió a los de Jordi Ribera mejorar sus porcentajes de lanzamiento, lo que no tardó en reflejarse en el marcador (19-16).
Pero cuando más cercana parecía la remontada, los de Jordi Ribera cayeron víctimas de la prisas, como quedó ejemplificado a los 52 minutos en un fallido intento de contragolpe lanzado por Gonzalo Pérez de Vargas, que privó a España de la posibilidad de situarse a dos goles. Alemania volvió a escaparse y se hizo con un triunfo (28-24) que no debe ocultar la capacidad de reacción que mostraron los ‘hispanos’