Cesc, sin añoranzas futbolísticas del Barça
Cesc Fàbregas se refirió en una entrevista a la revista Vanity Fair a su pasado en el Barça en sus dos etapas y dijo no arrepentirse ni de su marcha al Arsenal en 2003 ni al Chelsea en 2014. “A veces mis compañeros los ponían a jugar con los mayores y yo, que era el capitán, me quedaba con los de mi edad. Vi que confiaban más en ellos que en mi. Por eso, y por otras razones, decidí venir a Inglaterra”, explicó. Preguntado por cuál es la principal tentación a la que se puede sucumbir cuando uno es tan joven y ficha por un grande, dice: “Mirar tu cuenta corriente. Distraerte de lo que te gusta, el fútbol. La fama y el dinero te llevan a sitios, o a gente, que no son los adecuados. He visto fracasar a jóvenes con un talento descomunal”. Sobre el Chelsea asegura que “aquí he encontrado la felicidad absoluta. La familia está encantada, adaptada a la vida aquí y la afición me quiere. Soy demasiado feliz para cambiar. De Barcelona solo echo de menos a mi familia y a mis amigos”. Cesc asegura que, si tuviera un hijo que le gustara el fútbol, lo llevaría a La Masia: “Sin ninguna duda: es el mejor sitio del mundo para crecer como persona y como futbolista”.
Cesc no se cansa de repetir que Arsène Wenger le hizo triunfar: “Me fichó como cadete del Barça y me puso a entrenar con Henry, Pirès, Vieira, Campbell... Me sacó a jugar. Vendió a Vieira para meterme en el once, me nombró capitán con 21 años. Le debo mucho”