Mkhitaryan, de vital a prescindible para Mourinho
Curioso y fugaz es el fútbol en ocasiones. Se pasa del éxito al fracaso rápidamente, de ser un héroe a un villano, ya que no parece ser un deporte de mucha memoria. Eso podría explicar lo que está sucediendo en Old Trafford donde Henrik Mkhitaryan aterrizó hace una temporada con aires de estrella y tras costar 42 millones. Contenta la afición y más José Mourinho, que incluyó su fichaje en la larga lista de peticiones.
Hoy, el panorama ha cambiado. El armenio es el último recurso para el técnico luso, que no lo pone desde el pasado 5 de noviembre, cuando jugó solo 19 minutos. En la última convocatoria, ante el Bournemouth, Mkhitaryan ni siquiera fue convocado y Mourinho se justificó señalando que “otros jugadores lo merecen más”. Una prueba evidente de la ruptura entre ambos, lo que podría precipitar una salida este invierno.
Esta noticia es sin duda negativa para los diablos rojos pero ideal para muchos de los equipos punteros de Europa y es que el armenio es un futbolista de mucho nivel y de unas características muy determinadas. Se apostaba a la carta del triunfo en su llegada, ya que era perfecto para el sistema de Mou. Un jugador de segunda línea temible al contragolpe, que atacaba los espacios, tenía gol, capacidad para organizar y, sobre todo, constante llegada.
Unos valores que escasean y que lo revalorizan. El año pasado, a pesar de estar lesionado, llegó a anotar 9 goles en la Premier League y destacó por su visión en los últimos metros del campo al dar 15 asistencias en los 31 partidos que disputó.
Mkhitaryan tiene los días contados en el ‘Teatro de los sueños’ en su segunda temporada en la Premier League. Irónicamente a día de hoy su espacio en el equipo lo ocupa un Anthony Martial que antes ocupaba el rol que hoy tiene el ex del Borussia, criticado por Mourinho y relegado a un eterno segundo plano. La diferencia, que parece que este no tendrá la misma paciencia y cartel no le falta. Se tendrá que ver a que precio le dejaría salir el Manchester United, que hace solo una temporada pagó nada menos que 42 millones de euros por él