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Una radiante Jessica Vall regresó a casa tras sus conquistas de oro y bronce en el Europeo de corta La campeona de Europa se mostró satisfecha por la evolución que ha experimentado en los últimos meses
Jessica Vall, campeona de Europa de piscina corta en 200 braza y bronce en 100 en Copenhague, regresó ayer con el resto del equipo español a Barcelona. Esa medalla de oro en la prueba larga de la braza le permitió culminar un año con dos finales mundiales en larga, marcas personales en muchas de sus pruebas y una regularidad casi absoluta desde la primera hasta la última competición. “Estoy muy contenta. La final del 200 braza la disfruté desde el minuto cero, pero estoy muy contenta con los dos resultados, del 100 y del 200. También con el 50”, declaró.
Clave para la consecución de las medallas ha sido la mejora que Vall ha experimentado en piscina corta en los últimos meses. “Estoy feliz por cómo están saliendo los resultados. Sí quería en esta parte de la temporada equiparar mi nivel en piscina corta con el de piscina larga. A pesar de que no estoy entre las diez mejores del mundo, ahora sí sé que puedo estar entre las cinco mejores de Europa y eso es un paso adelante importante”, señaló.
Entre los aspectos que le han permitido mejorar en piscina de 25 metros están las salidas y los virajes. “Al final me penalizaban esos aspectos en piscina corta. También están en piscina larga, aunque se noten menos. Haberlos mejorado es algo positivo y me da confianza para el futuro”, añadió una Vall que tiene en mente como próximo gran objetivo el Campeonato de Europa de Glasgow de 2018, este en piscina de 50 metros.
Por ese motivo, Jessica no quiere mirar más allá del próximo verano. “Los Juegos son en 2020, aún queda. Hay que ir pasito a pasito, de competición en competición. Lo más importante ahora es acabar la temporada de piscina corta en la Copa de España de clubes (del 21 al 23 de diciembre) y luego preparar el clasificatorio para el Europeo de piscina larga. Primero hay que coger billetes”, ha avisado de cara a un Open de Primavera del próximo año, competición en la que muchos de los pesos pesados de la natación española han sufrido en el pasado para obtener la clasificación para la gran competición del verano. En Glasgow le
Jessica Vall
tocará defender su plata de 2016 en 200 braza.
Unos 200 braza milimétricos
Antes de que llegue ese Open, a Jessica le toca disfrutar en este final de año de doce meses brillantes, culminados con una final de 200 braza en Copenhague que había estudiado a la perfección. “Sabía que la táctica tenía que ser diferente a las de otras veces, porque la rusa (Vitalina Simonova) y Rikke (Moller Pedersen) iban a apretar antes de hora. Con el entrenador (Jordi Jou) dijimos de apretar en el segundo cincuenta en vez de en el tercero. Cuando lo hice y me metí en carrera me dije que tenía que darlo todo. En el último viraje vi a la danesa al final y oí a toda la grada animándola. Me animé a mí misma, toqué la pared y lo primero que hice fue mirar a ver si había ganado el oro”, rememoró Vall.
Lo había hecho. Era su primer oro en una gran competición y, por lo tanto, tocaba disfrutar en lo más alto del podio. “Se te pasan muchas cosas por la cabeza y muy
La final de 200 braza la disfruté desde el minuto cero”
Ahora sé que puedo estar entre las cinco mejores de Europa en piscina corta”
Piensas en lo que ha costado estar en lo más alto del podio y en seguir para que vuelva a pasar”
Claro que hemos echado de menos a Mireia, nos ilumina”
pocas al mismo tiempo. La sensación simplemente fue de haberlo conseguido. Es muy bonito estar en el podio y ver a la gente levantarse y aplaudirte. Pero lo que piensas es en lo que ha costado estar allí y en seguir para que vuelva a pasar”, avisó Jessica.
Eso sí, ahora toca recuperar fuerzas. No durante muchos días, ya que entre el jueves y el sábado volverá a competir para intentar ayudar a su equipo, el Sant Andreu, a ganar la Copa de España de clubes. “Un día más y no hubiera aguantado. Este lunes sí que necesitaba parar y recuperar fuerzas, porque este fin de semana tenemos que competir. Es importante descansar para volver a ponernos manos a la obra”, resaltó antes de la última competición del año.
Jessica ha tomado en Copenhague la estela como campeona de una Mireia Belmonte que no se había visto acompañada con medallas en piscina corta por otros compañeros en los últimos años. Por ello, Vall lamentó la baja de la líder del equipo español en tierras danesas. “Más que meternos presión, Mireia nos ilumina e ilusiona por el hecho de que consiga tantas medallas. Claro que la hemos echado de menos”, concluyó