El Barça, en la ruta del Nobel
La Fundació del FC Barcelona, que fue creada en 1994 por el entonces presidente Josep Lluís
Núñez, recibió el pasado día 7 uno de los galardones más relevantes, el que concede el Peace Sport International Forum, con sede en Mónaco, que cada año premia a la organización que más ha destacado en promover la paz, la cooperación y la solidaridad a través del deporte.
La distinción, que ha pasado poco menos que inadvertida, viene a reconocer el trabajo realizado por la Fundació, que opera en alianza con otras similares, como la Stavros Niarchos y la de la UEFA, y que abarca más de un millón de niños beneficiados de 53 países. En Catalunya cuenta con el apoyo de la Fundació Obra Social ‘la Caixa’, diputaciones y ayuntamientos.
La ayuda a los niños y jóvenes refugiados por la guerra de Siria y otros países, en colaboración directa con la Acnur (agencia de la ONU para refugiados), el impulso de FutbolNet como herramienta de integración y cambio social en las escuelas de países del llamado tercer mundo e iniciativas como el equipo Barça Legends (viejas glorias) para recaudar fondos con que apoyar su mensaje social han sido factores que han contribuido a que ahora mismo sea considerada como la mejor fundación del mundo, a lo que ha contribuido también el hecho de llevar en su camiseta el logotipo de Unicef, a la que además subvenciona con una aportación anual. Con un presupuesto superior a diez millones de euros, la Fundació ha involucrado a sus ‘cracks’, que aportan el 0,5% de sus ganancias, y colaboran también, comenzando por Messi, en todas las campañas de promoción de sus actividades altruistas.
Que el Barça (y su imagen dentro y fuera de los terrenos de juego) reúne ya bastantes requisitos para ser candidato al Nobel de la Paz está fuera de toda duda, según versados en la materia. A su potente imagen quizá le falta disponer de avaladores que le presenten como lo que es: un ejemplo del deporte mundial