Obsesión por el pasillo
El Barça llega a las puertas del clásico convertido en un auténtico demonio
Llevamos más de una semana arrastrando el tema del pasillo que el Barça debería hacerle al Real Madrid por haber ganado el Mundial de Clubes. Antes que los blancos se hicieran con el título, en la tele ya se especuló sobre ello. El periodismo deportivo ya no consiste en contar lo que sucede sino en exigir y hacer presión para que se cumpla lo que desea que suceda. Gracias a Jugones, por ejemplo, el pasillo ha dejado de ser un homenaje con fair-play a convertirse en una imposición humillante para el que lo hace.
El relato que se está construyendo sobre el Barça en Atresmedia esta temporada es tóxico. Viendo lo del lunes y el martes, no sólo el club sino todo lo relacionado con él, es motivo de conflicto y castigo. Que si Xavi Hernández votando con una camiseta amarilla, que si los símbolos del Barça en la grada, que si el lazo amarillo de Pep, que si hay que sancionar a Suárez por su comportamiento. Atresmedia ha convertido el club, el barcelonismo y sus grandes figuras, incluso aquellas que ya no están en el club, en generadores de conflicto: todo es negativo, malvado, malintencionado, sancionable, punitivo y reprochable. El Barça ha llegado a las puertas del clásico convertido en un auténtico demonio, tanto a nivel deportivo como simbólico. Justo antes de un Madrid-Barça no hay contexto futbolístico: hay desprecio.
Este sesgo informativo tan descarado, cargando día tras día contra el Barça por sistema y de manera feroz, debe de tener alguna explicación: quizá el juego del Real Madrid no es para tirar cohetes, quizá Cristiano y Florentino no estén pasando por su mejor momento de sintonía, quizá el lugar en la clasificación… El espíritu crítico (por llamarlo suavemente) sólo va en dirección a Barcelona y la obsesión con el pasillo es la nueva cortina de humo y la imagen que permitiría aludir a un Madrid victorioso. Pero por más relato que construyan sobre el pasillo, por más energía, minutos y vídeos que le dediquen, incluso por más que el Barça decidiera hacerlo… ese pasillo no cambiará la realidad del Real Madrid ni recortará los once puntos de la Liga