Revuelo sin futuro

ES LÓGICO QUE EL ATLÉTICO DE Madrid proteja su presente y que el Barça trabaje sobre jugadores que interesan para el futuro inmediato, como bien dijo Amor .El portavoz blaugrana no confirmó ninguna reunión con el francés pero tampoco la desmintió abiertamente y dejó la puerta al albur de las especulaciones. Un portavoz no puede mentir, ni puede decir toda la verdad. Y aunque hubiera reconocido la comida con los padres de

Griezmann, tampoco sería punible aunque hay que guardar las apariencias. En un país con cláusulas como España está todo a la venta en cualquier día, tenga contrato para un año o para cinco. La cláusula es un acuerdo personal entre dos partes, jugador y club y, por lo tanto el club sabe a qué atenerse. Puede que sea una cláusula desorbitada como la de

Dembélé con el Barça por 400 millones, escarmentado por lo de Neymar ,ouna cláusula escapatoria. Griezmann y el Atético lo sabrán. El Atlético le subió la ficha a Antoine para que no se fuera este verano en plena sanción FIFA y ambos acordaron situar la cláusula en 200 y 100 para 2018. Que el contrato diga que termina en 2022 es papel mojado.

LO SABE EL ATLÉTICO PERFECTAMENTE,

pero también lo saben los equipos con recursos que ven en esa cantidad una oportunidad para atrapar a uno de los mejores delanteros. La queja del Atlético no va a prosperar porque en España rige el decreto 1006/1985. No habrá sanciones. Rasgarse las vestiduras no vale.

Vitolo ingresará en enero en el Atlético procedente del Sevilla a través del Las Palmas, que ha servido de equipo-puente en plena sanción atlética. Y no digamos de Neymar y el PSG, que prepararon el trasvase tiempo antes pero dejando 222 ‘kilos’ al Barça. O Figo, por el que

Florentino pagó la cláusula de 10.000 millones de pesetas. Como siempre, Amor estuvo correcto, abierto y honesto