La elegancia de Michael Robinson
Excelente discurso del comentarista al recibir el Premio Vázquez Montalbán
Michael Robinson recibió ayer el Premio Internacional de Periodismo Manuel Vázquez Montalbán. Después de una espléndida presentación de Santiago Segurola, Robinson deleitó a la audiencia con un magnífico discurso. BarçaTv lo emitió en directo. Sin leer ni un papel, con su encantadora habilidad para contar anécdotas y recuerdos y su afilado sentido del humor, empezó explicando cómo creyó falso un mensaje de whatsapp del presidente Bartomeu para comunicarle que le daban el premio. Luego enlazó su sorpresa por el premio con la sorpresa que tuvo al recibir la oferta de Canal+, para hacer ‘El día después’ y comentar los partidos, algo que no es un trabajo sino un placer: “Te dan una entrada privilegiada y haces lo que más te gusta: ver tíos jugando al fútbol”.
Robinson explicó las singularidades de ‘El día después’, y fue bonito cuando recordó las conversaciones que había mantenido en esa época con Manuel Vázquez Montalbán sobre el programa. Incluir como parte del relato al periodista que se homenajea con el premio justifica aún más el galardón. Robinson recordó de dónde había aprendido los valores que él ha intentado aplicar al periodismo: recurrió a sus orígenes en un sencillo Blackpool donde veraneaban obreros y mineros: “A ellos no los escuchaba nadie y yo he tenido la oportunidad de que me escuchen”.
Robinson explicó por qué a él no le interesa tanto el resultado ni el antagonismo entre el ganador y el perdedor: “Los únicos que pierden son los tramposos. Pero la elegancia del esfuerzo creo que es digna de encomio”. Lo relacionaba con esos hombres humildes que él vio trabajar. Le dio al discurso la pincelada emotiva que siempre hay en sus programas. Y redondeó el speech uniendo todas las tramas: se asombró de recibir la llamada de Bartomeu, de las bonitas palabras que le dedicó Segurola y de recibir un premio que llevara el nombre de Vázquez Montalbán .Un discurso redondo, agradable, directo y muy elegante. Algo que caracteriza el trabajo que siempre ha llevado a cabo Michael Robinson en los medios. Y un periodismo deportivo que, desgraciadamente, cada vez se practica menos