Manual de supervivencia de un piloto del Dakar
Cinta adhesiva, tapones para los oídos y barritas energéticas, entre lo que no puede faltar en la mochila
El Rally Dakar es la gran aventura por excelencia del mundo del motor. Es la prueba que acapara la atención mediática en fechas navideñas, cuando tanto MotoGP como la Fórmula 1 están de vacaciones. Todos conocemos, en mayor o menor medida, la historia de la prueba, el recorrido, el historial de los favoritos... Lo que muchos desconocen es cómo funciona el día a día de los pilotos, qué llevan encima, por ejemplo, los participantes de la prueba de motos para afrontar las largas jornadas de competición.
La cinta adhesiva es uno de los elementos clave para cualquier piloto. “Hay que llevarla siempre. Nos sirve tanto para arreglar el road book (la guía esencial para seguir cada etapa) cuando se rompe por culpa de la humedad, como para vendarnos las manos, ya que siempre se producen heridas después de tantas horas pilotando” explica Armand Monleón, la gran revelación del Dakar 2016, cuando logró la proeza de acabar entre los diez primeros siendo debutante.
Otro elemento que no debe faltar en la mochila de un motorista del Dakar son los tapones para los oídos para mitigar el fortísimo ruido que hacen las máquinas de raids. “Si no te proteges, sufres dolores de cabeza que acaban afectando a tu rendimiento” indica Monléon.
A la hora de alimentarse e hidratarse, como ocurre con los ciclistas, son básicas las bebidas con electrolitos, que toman a través de un tubo que conecta el casco con la mochila (camelbak), los geles, sobre todo para los momentos previos a las especiales, y las barritas energéticas, que aportan carbohidratos y proteínas claves para aguantar jornadas maratonianas.
Cambios de temperatura
Otro factor importante es la ropa, que debe proteger de los temidos cambios bruscos de temperatura propios del desierto. “No puede faltar un buff tubular para el cuello, sobre todo para no coger frío en los enlaces, y una chaqueta ligera para protegerte de la lluvia y del frío de primera hora de la mañana” asegura Armand Monleón.
Los elementos de protección también son absolutamente básicos, como muy bien sabe Monleón, que el año pasado sufrió un aparatoso accidente que le obligó a abandonar en la cuarta etapa. “Uno de los elementos de seguridad es el peto. Siempre es importante tener buen material porque las caídas son a mucha velocidad y tenemos que estar bien protegidos. También utilizamos rodilleras ortopédicas, de fibra de carbono y muy ligeras, que protegen piernas y rodillas”, valora el piloto catalán, que, sin embargo tiene claro cuál es el protector clave.
“El casco es lo principal. Es importante encontrar un buen equilibrio entre ligereza y protección. Además, los cascos que utilizamos para el Dakar tienen que estar abiertos arriba, porque con tantas horas y a tanta velocidad el viento nos tira hacia atrás la cabeza. Necesitamos más entradas de aire para que este fluya y no nos perjudique la espalda. No es fácil desarrollar elementos tan específicos pero las marcas se esfuerzan para que podamos disfrutar de lo que más nos gusta” concluye Monléon”
Las larguísimas etapas de la prueba obligan a los participantes a ir muy bien equipados