Golpe moral
Al final ha ocurrido: el Barça ganó el Clásico y el Madrid está a catorce puntos. Era impensable cuando comenzó la Liga, con el recuerdo de la Supercopa muy fresco en las mentes de todos, pero el equipo de Valverde ha sabido recomponerse y ganar claramente la batalla de las sensaciones en este primer tramo de temporada. El triunfo en el Clásico es muy valioso desde muchos puntos de vista. Desde luego, lo es mucho desde un aspecto puramente aritmético, pero también desde la autoestima.
El Barça se va de vacaciones sabiendo que, cuando se reemprenda la competición, quedarán sesenta y tres puntos por disputarse y contará con una ventaja de nueve sobre su inmediato perseguidor y un mínimo de once sobre su rival más cualificado. Además, el equipo de Valverde tendrá total confianza en su juego y sus posibilidades, por ese liderato consolidado y por toda la trayectoria hasta ahora.
Como ya comentaba la semana pasada en estas mismas páginas, si el Madrid tuviese catorce puntos de ventaja aquí ya daríamos la Liga por perdida. Por lo tanto, sin llegar a dormirnos en los laureles, pensemos que es muy difícil que este equipo, con un Messi enchufadísimo al frente, se deje sorprender esta temporada en el torneo liguero.
El Barça estuvo en su línea. Sólido, solidario y paciente para aumentar el ritmo en los momentos en que lo necesitó. El conjunto azulgrana jugó un magnífico segundo tiempo y Leo volvió a con quistar el Bernabéu. Marcó de penalti, pero fue el director de juego barcelonista y se permitió hasta dar una asistencia sin una de sus botas, que había perdido mientras destrozaba la cintura de Marcelo.
Aun así, es de justicia señalar que la balanza acabó inclinándose del bando barcelonista por detalles, como suele suceder en este tipo de partidos. Con 0-0, Ter Stegen desvió con el pie un chut de Cristiano y Benzema cabeceó al palo. También Paulinho forzó dos grandes intervenciones, las dos a pase de Messi, antes del descanso. Pero la jugada que acabó en gol y desencalló el partido fue la que generaron entre la salida de balón de Sergio Busquets y la galopada de Rakitic, con centro de Sergi Roberto y remate de Suárez
El Barça de Valverde se ha llevado de calle la batalla de las sensaciones