Las claves de su resurrección

Trabajo de prevención, comunicación con fisioterapeutas y médicos, alimentación, estabilidad y adaptación

Con 32 años recién cumplidos (14 de noviembre) y un amplio historial de lesiones en el Arsenal y en el Barça, a Thomas Vermaelen se le pueden dar pocos consejos. Lo sabe todo sobre esa parte oscura del fútbol, en lo físico y en lo psicológico. Su fortaleza mental siempre ha estado fuera de toda duda. Se ha levantado una y otra vez tras sus percances. Pero eso no evitaba que siguieran produciéndose. Simplemente, ha llegado ese momento de su carrera en el que ha sumado experiencias y sabido tomar buena nota de todo.

La prevención ha pasado a ser fundamental para él. Siempre ha entrenado muy bien y nunca ha perdido su agresividad defensiva, uno de sus puntos fuertes. Pero para poder emplearse a fondo mientras esperaba su oportunidad mejoró la gimnasia de refuerzo en sus músculos más sensibles. Y conocedor de las señales que le transmite su cuerpo cuando algo no funciona, estableció una línea directa de consulta inmediata con fisioterapeutas y médicos. De carácter introvertido, en el pasado pudo pecar de una cierta falta de comunicación. Ahora, si peca de algo es por consultarlo todo. También está muy pendiente de controlar su alimentación hasta el punto de que se queda muchas veces a comer en la Ciutat Esportiva, algo que es voluntario, pero que a él le gusta y le va bien, siguiendo unas pautas marcadas.

Casado con Polly Parsons y padre de dos hijos, Raff y Ace, su vida tiene estabilidad y la tranquilidad necesaria. Y en lo deportivo influye que este regreso en 2017 tras su cesión a la Roma no tiene nada que ver con sus primeros pasos en el club en 2014. Conoce su entorno y eso siempre ayuda