Positivar

Valero Rivera, que de esto sabe un rato, acostumbra a decir que perder de vez en cuando ayuda a ganar. Puede parecer el consuelo del día después, pero encaja bien en el momento de un Barça que acaba de ver truncada una racha fantástica. El 1-0 del miércoles encajado en Cornellà-El Prat, más allá del aspecto simbólico/sentimental de caer contra el vecino, es una derrota parcial totalmente reversible. El eje de la rivalidad BarçaEspanyol hace años que es asimétrico, hecho que amortigua el golpe aunque pueda provocar una errónea dimensión de las consecuencias de un resultado. De ahí que no sea proporcional la comprensible euforia perica y la preocupación culé, entre nula e inexistente. Tiene mucho sentido el “puestos a perder algún día, mejor que sea hoy” que soltaron Gerard Piqué y Sergio Busquets tras el partido.

Ernesto Valverde dispone ahora de una buena oportunidad para positivar la situación. El diccionario no puede ser más claro. Positivar: obtener un positivo a partir de un negativo. A medio y largo plazo, perder la ida contra el Espanyol puede ser útil para afrontar lo que viene, especialmente los octavos de final de la Champions League contra el Chelsea dentro de un mes, auténtico clímax de la temporada. Superar, con la complicidad del público, la eliminatoria de Copa del Rey y plantarse en semifinales, puede convertirse en un ejercicio de reafirmación que haga crecer al equipo. Si se hace a través de buen juego, la reafirmación puede ser doble.

Claro que siempre existe el riesgo de que pase lo contrario y que, como el penalti fallado en Cornellà-El Prat, algo que podría ser bueno sea un punto de inflexión negativo. La dinámica del Barça invita a pensar que una derrota puntual no va a alterarla. Ahora bien, hay ponerse sin guardar nada. El Espanyol se ha ganado tener ventaja. Y algo tan preciado como la esperanza