El fin de dos récords
El triunfo del Barça en el bastión de la Real y la derrota en Cornellà: toda una lección
Se podrá analizar los equipos que presentó Ernesto Valverde, se podrá discutir si éste o aquel jugador podían dar paso a otro, pero la forma en la que el FC Barcelona jugó en Anoeta, el pasado domingo, y en Cornellà el miércoles, es digna de análisis.
Para empezar el Barça tiene un entrenador que se podrá equivocar, pero que ha sabido crear un ambiente positivo en el vestuario. Tiene por lo tanto todo el crédito del mundo para equivocarse. Es un hombre que tiene sus dudas, las expresa y eso le da un gran valor profesional. Se nota que le da a los jugadores tranquilidad y que éstos encaran los partidos y las rotaciones sin los problemas de anteriores etapas.
Es verdad que, para cualquier entrenador, contar con jugadores como Messi, Busquets, Iniesta, Suárez, Rakitic, Piqué o Ter Stegen es un lujo, pero hacerles funcionar al cien por cien no parece ser tan sencillo.
Desde hace dos semanas, y aprovechando la visita a Anoeta, esta sección se ha dedicado a ensalzar la importancia que tiene para un club como el FC Barcelona la estabilidad y la tranquilidad. Fruto de esa estabilidad y tranquilidad el Barça está viviendo una primera parte de la temporada muy interesante.
Aunque todo está aún por jugar, el Barça ha empezado la Liga de una forma increíble y el 1-0 de Cornellà es un reto importante para la Copa. Otra cosa es la Champions, donde el verdadero potencial actual del Barça deberá medirse de inmediato al Chelsea FC, todo un equipo.
Pero con el Real Madrid a 19 puntos y con un partido menos en la tabla de la Liga hay que hacer una reflexión.
El Madrid ha conseguido tres de las últimas cuatro Champions –todo un récord-, ganando solo una
Liga. Durante ese tramo el equipo de
Cristiano Ronaldo no ha sabido encontrar un modelo de juego más allá del imponente juego de presión y pegada que tanto éxito les ha dado. Asensio, el joven que parecía llamado a ser un nuevo Messi, no tiene plaza en el equipo titular. El bueno de Zinedine Zidane está sufriendo de lo lindo. Y, para terminar, el interés de Florentino en Neymar destapa que el Madrid no ha cerrado el ciclo del Barça, sino que tiene que empezar un nuevo proyecto sin Cristiano Ronaldo y con un futuro incierto.
El Barça reforzando ahora su medio campo y su defensa parece confiarlo todo a lo que Messi pueda dar en los próximos tres años. Pero es imposible no hacer las cosas de este modo. El delantero argentino vive un momento de gracia continuada que no permite pensar en alternativas-no las hay a su nivel- y el equipo sigue jugando, a veces a rachas, a ese fútbol que ningún equipo de Europa es capaz de desarrollar.
El modelo Barça sigue siendo el modelo a seguir, a copiar. Los grandes clubes europeos persiguen su estela, pero no acaban de pillar el tema. Algunos jugadores del Barcelona, especialmente los recién llegados, tienen serias dificultades en entender la metodología y aplicarla en el terreno de juego.
Un ejemplo del modelo es Jordi Alba. Futbolísticamente nació en el Atlético Club Hospitalense y se formó en el Barça. Su paso por el Unión Esportiva Cornellà y el Valencia CF terminó de forjarle, pero su ADN azulgrana, o su ADN Masia, le permiten hoy jugar casi de memoria, como si se tratara de una máquina perfecta. Lo mismo ocurre con Messi, Sergio Busquets, Iniesta o uno de los más jóvenes, Sergi Roberto.
Valverde entiende esta filosofía y la está dirigiendo a la perfección. Y, una vez más, pase lo que pase esta temporada –“La Liga hay que jugarla hasta el último minuto”, le recordó Andoni Zubizarreta a Gerardo ‘Tata’ Martino-, este es el camino del Barça y no otro. Jugar a su manera y embellecer con goles, como hicieron Suárez y Messi en Anoeta, el fútbol más bello del planeta.
Con la maldición de Anoeta superada, y roto el récord de Cornellà, al Barça ahora sólo le falta una cosa: seguir practicando su fútbol sin prisas históricas de ningún tipo. Todo un ‘challenge’ aún por alcanzar