Indicios racionales

El deslumbrante final de la primera vuelta y el no menos deslumbrante comienzo de la segunda han aportado indicios racionales de que, en efecto, solo un cataclismo puede impedir que el Barça se proclame campeón de Liga.

Veamos. De los dieciocho partidos que le quedan, diez son en el Camp Nou y ocho fuera. El factor campo propio debe influir positivamente, ya que le queda una única visita a un ‘top-6’, que es el Sevilla. Eso quiere decir que Atlético, Valencia, Real y Villarreal han de pasar por el Camp Nou, aparte de jugar partidos entre ellos mismos.

Los números dicen que el Atlético, que está a once puntos, ha perdido 15 en la primera vuelta, que terminó con 42. Suponiendo que mejore un 50% sus prestaciones en la segunda (que es mucho suponer), ganaría 7 más que en la primera. Por tanto, sumaría 49, que le supondría un techo de 91 puntos al final de Liga, cifra que jamás ha logrado ni cuando fue campeón en la 13-14, que hizo 90 puntos. El mismo cálculo con idénticas premisas al alza, da un techo de 88 puntos al Valencia y 81 puntos al Real (con victoria en el partido pendiente ante el Leganés incluida).

Para alcanzar ese techo teórico de su rival más cercano (los 91 puntos del Atlético), el Barça necesita 40 puntos en la segunda vuelta, de los que ya ha logrado 3, ante el Betis. Para obtener esos 40 puntos le faltan, pues, 37 en 18 encuentros, cifra que siempre ha alcanzado o superado en la segunda vuelta desde la temporada 07/08. Pero si Atlético, Valencia y Real repiten en la segunda vuelta lo que han hecho en la primera, al Barça solo le faltarían 30 más para ser campeón. En otras palabras, le bastaría con ganar los 10 partidos de casa. Todo lo dicho son indicios objetivos y racionales que, a tenor de los precedentes y en circunstancia normales, avalan como suficiente, salvo cataclismos, su actual ventaja para ser campeón