Mundo Deportivo (Barcelona)

LA REBELIÓN DE LOS PERROS

Los Eagles ganan su primer anillo tras batir a los Patriots por 33-41 en una final épica, la más ofensiva de siempre El quarterbac­k suplente Nick Foles y una mano de Graham acabaron con la remontada de Tom Brady

- David Llorens AÑO CAMPEÓN FINALISTA

Philadelph­ia Eagles, los ‘underdogs’, las víctimas, el equipo que durante todo el playoff se ha rebelado contra los pronóstico­s que sistemátic­amente le daban como perdedor y que ha mostrado su orgullo vistiendo máscaras de perro, conquistó la Super Bowl tras batir a New England Patriots por 33-41 en una de las mejores finales de todos los tiempos. Nick Foles, un quarterbac­k suplente con galones gracias a las lesiones, condujo con brillantez a la franquicia al primer anillo desde su fundación en 1933 batiendo en un duelo descarnado al vigente campeón y conjunto que ha dominado la NFL en las últimas dos décadas con Tom Brady y Bill Belichick al frente.

Para acabar con la dinastía patriota –cinco títulos desde el año 2001– los Eagles tenían que volar muy alto. Y salieron al US Bank Stadium de Minneapoli­s con el descaro y el coraje de quienes van a por todas. El ‘coach’ Doug Pederson planteó la final al ataque, sin reservas ni cicaterías, y el resultado fue fabuloso: es el partido de la historia de la NFL, Super Bowl o no, con más yardas ganadas entre ambos oponentes, 1.151, producto de un marcador altísimo y de un duelo de pistoleros sin tregua.

En un pulso tan ofensivo la jugada que acabó por decantar la balanza fue una acción defensiva, una mano de Brandon Graham que provocó un fumble o pérdida de balón de Brady a 2’15” del final, cuando el GOAT conducía un drive para recuperar el mando en el marcador con 33-38 abajo. Lo que se había vivido hasta entonces había sido una pura maravilla.

Philadelph­ia llegaba a Minneapoli­s avalado por una defensa espectacul­ar y con todas las dudas que generaba un ataque conducido por un suplente, que tomó las riendas del equipo cuando el titular Carson Wentz se rompió los ligamentos de la rodilla a tres jornadas del final de la ‘regular season’. Sin embargo, la magnitud del escenario no encogió a Foles, sino todo lo contrario: le convirtió en un coloso.

Un inicio sin complejos

Fueron los Eagles quienes vertieron la primera sangre con un pase profundo de Foles a Alshon Jeffery que fue toda una declaració­n de intencione­s. Mientras New England titubeaba, los ‘underdogs’ abrieron más brecha gracias a un ex Patriot, el runningbac­k LeGarrette Blount, colocándos­e 3-15. Sin embargo, los campeones habían vivido situacione­s similares con anteriorid­ad y sabían como gestionarl­as. Una patada y una carrera de James White les colocaron 12-15. Pero el ‘coach’ Pederson

les reservaba otra sorpresa, y de las que duelen.

A 34” del largo descanso, y a orillas de la end zone patriota, Foles bordó una jugada de engaño: antes de iniciar el snap fingió dar órdenes a su línea, desentendi­éndose del balón: mientras, la jugada se puso en marcha y llegó al tight end Trey Burton, que en funciones de quarterbac­k envió un pase a Foles, metido a receptor tras aprovechar que nadie estaba pendiente de él. Touchdwon de fantasía: 12-22.

New England salió del vestuario aleccionad­o. Había perdido a Brandin Cooks por un tremendo golpe de Malcolm Jenkins que le dejó KO, pero Brady buscó alternativ­as. Conectó con Rob Gronkowski para recortar (19-22) y se entró en un constante intercambi­o de golpes digno de un Ali-Frazier: respondió Corey Clement (1929), luego Chris Hogan (26-29) y, ya en el último cuarto, de nuevo Gronk para poner a los Patriots por primera vez con ventaja (3332). Brady había lanzado para más de 500 yardas, otro récord para la historia, y quedaban sus minutos predilecto­s.

Más presión para Foles, imposible. El suplente no se arrugó un milímetro: buscó a sus dos desatascad­ores, Nelson Agholor y Zach Ertz, y éste anotó otro touchdown para ponerse 33-38 arriba. Y justo en ese punto, cuando los Pats contraatac­aban, llegó el fumble de Brady. Philadelph­ia sólo tuvo que rematar con un field goal un título más que merecido

Es el partido, final o no, con más yardas ganadas de todos los tiempos: 1.151 en total

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FOTOS: EFE A la izquierda, Zach Ertz anota el touchdown definitivo para los Eagles. En el centro, Tom Brady desolado tras la decisiva jugada en la que perdió el balón (abajo). A la derecha, el cornerback de Philadelph­ia Jalen Mills, dando gracias a Dios por el...
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