Julbe rompe esquemas
En el momento de la charla en el vestuario se produjo una situación insólita
Ayer, en la retransmisión del partido de Euroliga entre el Maccabi yel Barça, en los minutos previos pudimos ver, como es habitual, a los entrenadores dando la charla a sus jugadores en el vestuario. Para los seguidores culés, la arenga a su equipo tenía una peculiaridad: observar a Alfred Julbe en acción, por un día, con el primer equipo. Había curiosidad para ver cómo un técnico fugaz abordaba estas circunstancias.
Y sucedió algo insospechado. Los espectadores nos encontramos ante un instante meta-televisivo. Desde la tele, alguien hablaba de la tele. Es decir, en la charla de vestuario, el entrenador hablaba de cómo ve él estas charlas de vestuario en la tele. Julbe entró en el vestuario y con mucha prudencia admitió a sus hombres, que lo escuchaban atentamente: “Vengo aquí básicamente para provocar un poco de sonrisa, porque como esto yo normalmente lo veo por televisión y siempre os veo súper, súper tensos, pues…” y a continuación les explicó lo que significa para él el baloncesto, dando a entender que más allá de los aspectos tácticos hay que disfrutar del juego. Sin duda, un entrenador por un día es innecesario que haga grandes planteamientos tácticos a los que no podrá dar continuidad. Pero, por otro lado, la sencillez de sus palabras dejaba entrever algo relevante: que Julbe, gracias a la televisión, ya se había fijado en algunos aspectos que a él le parecían preocupantes: el exceso de tensión antes de empezar, reflejado en los rostros, como síntoma de las circunstancias que atraviesa el equipo. Julbe pasó a formar parte de un instante televisivo del que él habitualmente tenía constancia a través de la pantalla. Y aportó su grano de arena, rompiendo esquemas: en cierto modo, su charla es la prueba de que es un entrenador que está de paso. Y queda constancia en esta especie de gran hermano deportivo que supone la cámara en el vestuario. De hecho, la presencia de una cámara en esa sala (un protocolo copiado de la NBA) acaba suponiendo una obligación televisiva para los técnicos que no necesitan reservarse esos minutos previos al partido para comunicar lo importante