Siempre con los mejores
Hace unos días, Catalunya Ràdio preguntaba a los culés si renunciarían a uno de los dos títulos grandes de la temporada, Liga o Champions, por ver a Messi levantando el anhelado trofeo del Mundial. Y no eran pocos los que priorizaban la felicidad de Leo a la propia.
El barcelonismo vive como nunca la cita mundialista de Rusia y sigue de cerca a una Argentina que apura sus últimos entrenos y amistosos con las incontables dudas que arrastra desde su irregular fase de clasificación. Sampaoli no se cansa de repetir que Messi es el único líder de la albiceleste y el seleccionador se debate sobre formar el mejor equipo para Leo o un equipo con los mejores. Icardi o Dybala protagonizan la mayoría de discusiones.
Domina la teoría que se debe rodeara Messi de los jugadores con los que se encuentre más a gusto y que permitan a Leo olvidarse de sus obligaciones defensivas y moverse con libertad. Ésta es la postura sencilla, en términos de responsabilidad –el Mundial, más que nunca, lo ganará o perderá él- pero también tácticamente. El reto de los entrenadores, la opción más complicada, es construir un buen equipo y vencer con sus once mejores efectivos, con los más brillantes.
En el Barça, Leo siempre se ha mostrado más feliz con grandes futbolistas que le han ofrecido más garantías de títulos y dispuesto a sacrificar su mejor demarcación sin que ni su juego ni el del equipo se viera afectado. Ocurrió con Ibrahimovic, un ‘9’ estático que le ‘robó’ la posición de falso ‘9’ con la que meses antes había liderado el primer triplete, y sobre todo con Suárez, que empezó su etapa azulgrana caído a la banda derecha hasta que intercambió su puesto con Leo. Desconociendo la opinión de Messi, es un lujo prescindir de un futbolista enorme como Dybala, que en la Juve no solo derrocha talento y desequilibrio sino también competitividad, trabajo y polivalencia, y de un ‘killer’ como Icardi, que sin ir más lejos anotó cuatro tantos en su última aparición con el Inter. Si no para ser titulares, sí como revulsivos
Messi disfruta con los buenos, ni pide ni necesita un equipo que juegue para él