Sergio Sánchez no baja los brazos pese al ostracismo
“Es imposible arrepentirse de venir y lo volvería a hacer una y mil veces”, dice el defensa
Tres partidos: dos de Liga y uno de Copa del Rey. Es todo lo que ha jugado Sergio Sánchez desde su regreso al Espanyol, el club donde creció como persona y futbolista. Pese a ello, nunca se ha arrepentido de regresar. Sin embargo, no lo está pasando bien. “Está siendo el año más difícil y duro de mi carrera Debo adaptarme y aprender. En mis manos solo está entrenar y hacerle cambiar de opinión”. Espero lograrlo. Pese a ello, quiso dejar claro que “es imposible arrepentirse de venir al Espanyol, lo volvería a hacer una y mil veces. Vuelvo a la Ciudad Deportiva y veo a periodistas que me conocen desde los once años”. Fue el último fichaje del pasado mercado de verano y vio cumplido su sueño.
“No se ha producido ninguna charla con el míster porque el equipo y él, independientemente de que se haya perdido fuerza, siguen ahí y hay que luchar por lo máximo. No se trata de regalar minutos a nadie. El que salga deberá darlo todo por la gente y por este escudo”, apuntó el de Mataró.
No dijo estar decepcionado pero recordó que “vengo de jugar bastante pues en Rusia jugué 23 partidos y venía con muchas ilusiones. Es difícil disponer de 25 jugadores y elegir a 11. Por eso hay que tener mucho respeto. El de entrenador es un cargo complejo. No voy a conformarme y en cada entrenamiento quiero dar lo máximo”. No pierde la esperanza.
En enero pudo irse al Málaga. pero al final se quedó en el Espanyol porque un jugador no puede militar en dos equipos que jueguen la misma competición en la misma temporada. “No se dio la situación que yo quise. Cuando disfrutas es en el verde. Se intentó buscar una solución, yo quería ser feliz y jugando. Dejé mucho por venir aquí. Es donde el corazón me mandaba jugar por amor y no por dinero. A partir de aquí no pude salir. Si hubiera salido habría jugado, pero juego en el equipo donde me ha visto crecer”. El 30 de junio acaba su año de cesión y su contrato con el Rubin Kazán. Sergio Sánchez no quiso pronunciarse sobre su futuro pues “prefiero seguir en este barco. No se puede pensar más en el futuro sino todos debemos ir en la misma dirección. Hay que ir todos a una, sino el barco se hunde. Nadie piensa en sus asuntos personales sino en el colectivo”.
Se esperaba mucho más del proyecto 2.0. “Entiendo que la gente viendo el proyecto pueda pedir cosas. Pero hay que ser justos y darle mérito al entrenador que vino en un momento donde el equipo lo estaba pasando mal, dejó de recibir goles y se optó de plazas europeas. Así que hay que quitarse el sombrero. Este año se intentó dar ese paso adelante. Todos lo queremos, pero hay circunstancias que uno no controla y se hace difícil” y el Espanyol está en tierra de nadie en la tabla y con el único objetivo de no bajar los brazos en los nueve partidos que quedan