El partido también se juega en las aulas
La escuela ‘Lleó XIII’ se encarga de la formación académica de los futuros cracks con su ‘Proyecto singular’
Compaginar la práctica del deporte encaminado a la élite con los estudios. Ha sido siempre el caballo de batalla de muchos padres, que no querían que sus hijos abandonaran su formación académica por culpa de la exigente preparación de sus diferentes especialidades deportivas. Este terreno ha mejorado muchísimo en los últimos años y se ha convertido en una prioridad para los clubs, con el FC Barcelona como abanderado más claro. Todo también gracias a la extraordinaria labor de escuelas como la de Lleó XXIII de Barcelona, que cuenta con un plan especial de trabajo para que sus alumnos puedan desarrollar todas las facetas de su aprendizaje, tanto el de las aulas como el deportivo.
Dicho plan se llama ‘Proyecto singular’ y está diseñado para poder hacer compatible la vida escolar con la práctica del deporte, la danza o la música. Entre los ‘clientes’ de Lleó XIII se encuentra La Masia del Barça (Centro de formación Oriol Tort). Por las aulas de
La Masia del FC Barcelona es su cliente más mediático, pero no es el único
esta escuela han pasado futbolistas como Leo Messi, Andrés Iniesta, Sergi Roberto, Rafinha o Carles Aleñá. Actualmente son unos 80 los jugadores de las categorías infantiles y juveniles del club azulgrana que están dentro de este sistema educativo. En todos los casos, excepto en los del Juvenil A son los futbolistas los que se desplazan hasta el centro para recibir clases, mientras que en lo que respecta al citado equipo juvenil son los profesores del colegio los que acuden a las instalaciones de Sant Joan Despí para impartirlas.
Para facilitar que los alumnos puedan entrenar sus diferentes especialidades por la tarde, las clases presenciales se dan en horario de mañana, concretamente de 08.00 a 13.30. Existen también materias semipresenciales, que exigen tareas adicionales en casa, y materias no presenciales, que son trabajos específicos en los que se tiene acceso al profesorado para buscar orientación. Funciona también la atención individualizada, con diferentes tutorías y relación con familiares y representantes de las diferentes disciplinas deportivas o artísticas. Para ejemplificar el buen funcionamiento del sistema baste un dato: el 97 % de los alumnos del año pasado aprobaron las PAU (selectividad).
Además de La Masia del FC Barcelona, otras entidades representativas que colaboran con la escuela Lleó XIII son el Club de Tenis Barcino, la Academia de Danza Ángel Corella o NAMA Sports.
Por otra parte, desde el año 2008 el colegio ofrece ciclos formativos de grado medio y superior en deportes de invierno (esquí alpino, surf de nieve o Esquí de fondo). Este curso 2017-2018 se han sumado salvamento y socorrismo, y fútbol. Se espera añadir pronto más disciplinas relacionadas con el deporte y la actividad física.
Los ciclos formativos deportivos que ofrece la escuela se organizan en Grado Medio y Grado Superior. El primero engloba dos niveles: el primero o ciclo inicial conlleva la obtención del certificado; el segundo, otorga el título de técnico en la especialidad correspondiente.
En todos estos casos, los estudios se organizan de la misma manera: existe un bloque común a todos los deportes (la teoría se da en el Lleó XIII), un bloque específico en la modalidad escogida (con teoría en la escuela y práctica en las mejores instalaciones) y un bloque de formación práctica (el alumno escoge un club, centro o empresa de entre las diferentes opciones que ofrece el colegio). A los deportes y actividades anteriormente citadas hay que añadir que existe la posibilidad de estudiar sólo el bloque común en deportes como baloncesto, atletismo, deportes de montaña y escalada, balonmano, fútbol sala o vela.
En la totalidad de los casos, en el Lleó XIII los futuros cracks quedan en buenas manos, como así lo acreditan los enormes éxitos y el ejemplo mundial que supone el funcionamiento de La Masia del FC Barcelona
Por sus instalaciones han pasado Messi, Iniesta, Sergi Roberto, Rafinha, Aleñá...