El esquí en primavera
Esta época del año es ideal para disfrutar lejos de las aglomeraciones y huyendo del frío
Recuerdo no una, sino varias temporadas en las que he bajado la persiana del esquí con muchísima nieve a mi alrededor, bañado por el sol y con la única compañía de un buen amigo; y esta temporada no va ser una excepción. Echando una rápida ojeada a las condiciones de nieve que ofrecen las estaciones de esquí asombra ver la cantidad de nieve que todavía se concentra en las laderas de montaña, con espesores que en muchos casos superan los dos metros. Una situación idílica para seguir disfrutando de los deportes de inviernos. Con estas condiciones los centros invernales se frotan las manos para vivir una Semana Santa excelente, que pondrá la guinda a una de las mejores temporadas.
Algunos de estos destinos blancos cierran ya sus puertas tras la los días santos, pero hay otros que apuestan por alargar la temporada hasta los primeros días de mayo, en la que es una ocasión perfecta para seguir disfrutando de la nieve, la montaña, la naturaleza y de seguir haciendo deporte. Cierto es que son muchos los esquiadores que en cuanto notan como el sol calienta sus rostros se descalzan las botas y ponen rumbo a la playa por estas fechas –lo que tampoco se acaba de entender porque el agua está demasiado fría como para bañarse–, vaciando las pistas y ofreciendo sin querer un terreno de juego perfecto para los que quieran exprimir la temporada.
Como cualquier otra época del año, esquiar en primavera tiene sus particularidades, sus pros y sus contras, pero cuando coloco todos los ingredientes en la balanza ésta se inclina claramente a mi favor. Por un lado, el frío y las tormentas propias del invierno han desaparecido del mapa, y, por contra, en la primavera luce mal el sol y hace menos frío. A consecuencia de este panorama a la hora de ir a esquiar no hay que ir tan abrigados y sí bien protegidos con crema solar y unas buenas gafas de sol o máscara que filtres los rayos ultravioleta. Al hacer menos frío, la nieve se transforma rápido, por lo que lo más aconsejable es levantarse temprano y esquiar en las cotas más altas o ir a las estaciones de mayor altura, ya que a medida que avanza el día la nieve se vuelve muy pasta, con lo incómodo que es y peligroso para las rodillas. Por la misma razón siempre es aconsejable que la suela y los cantos de los esquís estén bien trabajadas para un óptimo deslizamiento y agarre, y nunca está de más una buena condición física para un esquí que fatiga.
Un último consejo, dada la particularidad de la primavera para el esquí no está de más consultar con mayor asiduidad el comunicado de nieve de las estaciones