Insulso empate en el derbi guipuzcoano
Imanol debutó sin brillo en el banquillo de la Real
La Real y el Eibar empataron sin goles en el debut de Imanol Alguacil como entrenador realista en un encuentro en el que ninguno de los dos contendientes dispuso de ocasiones claras para llevarse los puntos. La igualada cabe calificarla como justa ante el escaso bagaje que pusieron sobre la mesa ambas escuadras.
En la primera mitad todos los acercamientos de peligro llevaron color azulgrana. Sin disponer de ninguna ocasión clara, el equipo de Mendilibar fue metiendo a la Real en su campo con su receta habitual. Intensidad y presión cerca de la portería rival. Tres disparos de fuera del área (uno en el minuto 24 de José Ángel, otro en el 31’ de Pedro León y el último de Jordán en el 35’) evidenciaron que quien más cerca estuvo del gol durante el primer acto fue el conjunto local.
La Real no propuso nada en ataque y vio impotente cómo el segundo tiempo se jugaba casi íntegro en su propio campo. Los txuri urdin se veían obligados a quitarse el balón de encima ante la presión local, que terminó por ser agobiante y que provocó que los guipuzcoanos respiraran aliviados cuando el colegiado señaló el camino de vestuarios.
En la segunda mitad la Real salió con otro brío del vestuario. Juanmi y Willian José, en los minutos 50 y 52 lograron finalizar dos jugadas, algo que no había sucedido en el primer acto y, en el 58, el brasileño dispuso de la ocasión más clara del partido al terminar una buena jugada colectiva. El sudamericano envió incomprensiblemente arriba un gran centro
de Odriozola.
Esa acción era la constatación de que la Real estaba mejor en la fase inicial de la reanudación y del Eibar apenas hubo noticias hasta una doble ocasión de Kike García e Inui en el minuto 72.
Los minutos finales fueron una oda a la imprecisión, con constantes pérdidas de ambos equipos que fueron un justo epílogo para un partido al que le faltó casi de todo